Panamá cuenta con 215 especies de anfibios, y alrededor de un tercio de ellos se encuentran en peligro de extinción, según información del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (Stri).
Uno de los más amenazados es la rana dorada, especie endémica de la región de El Valle de Antón, Coclé, pero que ahora vive en cautiverio en centros científicos especializados en El Valle y Gamboa.
Por eso, en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la rana dorada aparece en la categoría de “peligro crítico de extinción”.
Es que la rana dorada enfrenta un riesgo extremadamente alto de extinción si se mantiene en su estado silvestre, explica Roberto Ibáñez, investigador del Stri y director del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, iniciativa que se ejecuta desde 2009 con el objetivo de preservar esta especie.
A esa meta de conservación se sumó hace seis años el Festival de la Rana Dorada, que está por inaugurar una nueva edición mañana 13 de agosto.
EL FESTIVAL
El Festival de la Rana Dorada regresa en 2016 con su sexta edición, para remarcar el objetivo trazado por sus organizadores: educar a la población sobre los retos que enfrenta la rana dorada y otros anfibios, y paralelamente celebrar la historia, belleza, diversidad y valor ecológico de esta especie en Panamá.
Las actividades, varias de entrada libre, se desarrollarán del 13 al 21 de agosto en puntos como El Valle de Antón, Coclé; el Centro Natural Punta Culebra, en Amador; Centro de Investigación y Conservación de Anfibios en Gamboa; y el Centro de Convenciones Atlapa, en el marco de la Feria Internacional del Libro.
El festival se programa durante el mes de agosto para que coincida con el Día Nacional de la Rana Dorada, 14 de agosto, establecido por la Ley 37 del 3 de agosto de 2010.
Ese día, el Festival de la Rana Dorada contará con la Carrera La Dorada, en El Valle de Antón, partiendo del Hotel Campestre, con el fin de celebrar la rana dorada y los anfibios de Panamá, resaltar su conservación y promover la recreación individual y familiar en senderos, describe Adrián Benedetti, de Caminando Panamá, organizadores de la actividad.
La carrera (de inscripción previa en www.caminandopanama.org o caminandopanama@gmail.com) cuenta con varias categorías. Esto permite que se pueda hacer con toda la familia y caminar cualquiera de los recorridos, indica Benedetti. Hay categorías masculinas y femeninas en tres distancias diferentes: 15, 10 y 5 kilómetros.
Este año, en su tercera edición, la carrera rinde tributo a Ana Lucrecia Arosemena, que falleció el año pasado y fue quien encabezó el esfuerzo de que se designara el 14 de agosto como Día Nacional de la Rana Dorada. “Por eso hemos puesto las siglas ALA en las medallas, camisas, afiches y números de la carrera. La rana en el logotipo de la carrera tiene una capa en honor a la Sra. Arosemena, una superheroína de la conservación de anfibios”, afirma el organizador.
ESPECIE AMENAZADA
La quitridiomicosis, enfermedad causada por un hongo patógeno, ha sido una de las principales causas de que hoy muchas especies de anfibios se encuentren en peligro de extinción, de acuerdo con información del Stri.
Ya desde 1989, los científicos dieron la alarma de la disminución mundial de las poblaciones de anfibios. “Unos años más tarde, se dieron cuenta de que las ranas, sapos y salamandras estaban desapareciendo debido a un hongo quítrido, y que el declive de poblaciones y la desaparición de especies eran evidentes en Panamá”, cita un comunicado del Stri.
CONSERVACIÓN
Para conservar a la rana dorada y el resto de especies de anfibios en peligro, se puso en marcha en 2009 el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, que cuenta con sedes de reproducción e investigación: El Centro de Conservación de Anfibios de El Valle, en Coclé; y el Centro de Investigación y Conservación de Anfibios en Gamboa.
En ambos centros hay ejemplares de aproximadamente 27 especies de ranas, de las cuales hay suficientes individuos de unas 10 de estas especies, indica Roberto Ibáñez, investigador del Stri y director del proyecto.
“Esperamos poder alcanzar a tener suficientes fundadores para 15 especies. En cuanto a su reproducción, se han logrado reproducir individuos de 14 especies. No obstante, aún estamos en la fase de aumento de sus poblaciones en cautividad”, explica Ibáñez.
En el caso de la rana dorada, se han iniciado conversaciones y planes para repoblar a futuro el hábitat natural de este anfibio. Esperan ejecutar este proceso en dos o tres años.