Cinco mitos del cáncer de próstata (segunda parte)

Cinco mitos del cáncer de próstata (segunda parte)


1 El examen y la biopsia de próstata son insoportables.

Falso. El examen rectal de la próstata puede resultar vergonzoso por razones culturales, puede incomodar inicialmente, pero no duele la presión que se ejerce sobre la glándula para el tacto que dura menos de un minuto.

Cuando el PSA (antígeno prostático específico, por sus siglas en inglés) está en niveles anormales y/o se examina induración o nódulo en la próstata, se indica la biopsia para descartar o detectar cáncer.

Se realiza introduciendo una aguja de biopsia de diámetro 1.2 mm, guiada en la probeta del ultrasonido a través del recto, obteniendo mínimo 12 muestras de la próstata.

Es un procedimiento que se coloca con anestesia local y sedación general, por lo que no duele como se piensa, dura menos de 30 minutos y el paciente regresa a su hogar el mismo día; sus complicaciones incluyen infección (mayor que 6%), dificultad para orinar (25%), y sangrado en la orina (27%-64%), recto (11%-40%) y semen (32%-84%) que puede durar hasta cuatro semanas.

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2 Si no tengo síntomas, significa que no tengo cáncer de próstata.

Falso. El cáncer de próstata inicialmente no causa síntomas, a medida que avanza el tumor obstruye la salida de orina de la vejiga y se produce diseminación (metástasis) a los huesos.

Si está avanzado, puede ocasionar dificultad para orinar, sangrado en la orina o semen, dolor al eyacular, dolores en la espalda baja y fracturas de las vértebras que pueden comprimir la médula espinal debilitando las piernas, disminuyendo la sensación en genitales y entrepierna, y causando retención de orina.

Si la obstrucción urinaria es severa, se acumula orina en los riñones alterando su función y produciendo falla (insuficiencia renal).

 

3 Cuando se agranda la próstata, produce cáncer.

Falso. El agrandamiento no maligno de la próstata ocurre con el avance de la edad, a medida que crece presiona la uretra resultando un chorro de orina débil y lento, vaciado incompleto de la vejiga, mayor frecuencia de micción, incluso, en las noches, y pujo al orinar y goteo.

La hiperplasia prostática benigna no es cáncer ni existe evidencia actual que cause cáncer de próstata; sin embargo, ambas enfermedades pueden estar presentes a la vez.

 

4 El cáncer de próstata crece lento, así que no me debo preocupar.

Depende. En cada hombre el cáncer de próstata sigue un curso diferente. Se han descubierto hasta 25 tipos diferentes. En algunos puede ser de lento crecimiento, y en otros, de rápido avance. El potencial mayor de agresividad puede estimarse con la biopsia donde se evalúa el grado de diferenciación o puntaje Gleason mayor que 7, PSA mayor o igual que 20 mg/ml y presencia de tumor en ambos lóbulos de la próstata. Hombres con cáncer de alto riesgo tienen mayores probabilidades de fallecer por esta causa que los de bajo riesgo.

Con estudios de imagen, ya sean tomografía o resonancia magnética de la pelvis y centelleo óseo, se puede determinar la extensión del tumor en la próstata y a estructuras cercanas, ganglios linfáticos pélvicos aumentados sugestivos de cáncer y diseminación a los huesos de la columna y pelvis. El pronóstico depende del riesgo y estadio. Uno de cada 38 hombres con cáncer de próstata fallece.

 

5 Cualquier tratamiento me dejará impotente e incontinente.

Falso. Entre más temprano se detecte puede tratarse en etapas iniciales y tendrá mayor posibilidad de curarse. El tratamiento dependerá de la edad, presencia de otras enfermedades, agresividad del cáncer y preferencia del paciente. El 90% está confinado en la próstata, de los cuales los de bajo riesgo se pueden vigilar activamente, y los de intermedio y alto riesgo decidirán operarse o realizarse radioterapia.

La prostatectomía radical es el tratamiento que ofrece mayor curación y menor recurrencia, ya que remueve por completo la próstata. Se recomienda en menores de 55 años con cáncer de alto riesgo. El 82% está libre de cáncer a los 15 años con la cirugía, comparado al 60% con la radioterapia. La radioterapia se indica generalmente en pacientes con alto riesgo para operarse debido a su edad avanzada y comorbilidad, o con recurrencia de cáncer luego de la cirugía.

Ambos tratamientos pueden producir disfunción eréctil e incontinencia urinaria, es mayor con la cirugía al debilitar los músculos del esfínter urinario y lesionar indirectamente los nervios y vasos implicados en la erección. Sin embargo, al año de la cirugía, hasta el 93% puede contener la orina y 73% estar “potente”. Con la radioterapia, puede inflamarse el recto (proctitis) en el 10%-20% y ocasionar cistitis en uno de cada tres hombres.



(La autora es uróloga de adultos y niños, y atiende en el hospital Punta Pacífica y en el Centro Médico Paitilla. www.urologapanama.com/ Correo electrónico: kativonhe@gmail.com / Twitter:@Kativonhe)

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