Centro Regional de San Miguelito reclama nuevas estructuras

Centro Regional de San Miguelito reclama  nuevas estructuras


La promesa de edificar una nueva estructura para el Centro Regional Universitario de San Miguelito (Crusam), que opera en el centro comercial La Gran Estación cerca de bares y casinos, data de hace nueve años, sin embargo, hasta la fecha ha sido imposible lograr que esta obra sea ejecutada.

Las licitaciones que han llevado a cabo la Universidad de Panamá (UP) para la edificación de un nuevo campus en el área de Milla 8, corregimiento de Las Cumbres, se han visto plagadas de irregularidades.

La primera vez que se subió la licitación al portal PanamaCompra fue en el año 2014 y se suspendió para hacer correcciones al pliego de condiciones.

Posteriormente, en 2015, la licitación fue objeto de varias acciones de reclamo y los tres informes de evaluación que se presentaron fueron cuestionados por la Dirección General de Contrataciones Públicas, que finalmente ordenó cancelar la licitación.

El último acto público, que también contempla el nuevo Campus de Antenas en el área de Curundú, por un monto de 95 millones de dólares, se hizo a principios del mes de julio en medio de un proceso de transición administrativa y ahora aguarda por el refrendo de la Contraloría General de la República.

ABANDONO

Este medio hizo un recorrido por el Crusam y se observó las carencias del centro universitario que opera desde el año 2007 en el área comercial de La Gran Estación en Pueblo Nuevo, colindante con San Miguelito.

Paredes rajadas, acondicionadores de aire sin funcionar, falta de luminarias, filtraciones de agua y salones sin cielorraso, son parte de las deficiencias.

Luis Acosta, director del Centro Regional, cuenta que las instalaciones tenían originalmente 68 aulas, habilitadas para 2 mil estudiantes, sin embargo, la matricula actual es de 4 mil alumnos y el hacinamiento los ha obligado a alquilar otros 20 locales.

Añadió que, al tratarse de una “zona roja”, las instalaciones han sido objeto de vandalismo y los estudiantes, docentes y administrativos han sido víctimas de robos y hurtos.

“Estas instalaciones ya han colapsado y no pueden brindar lo que merecen los estudiantes”.

Edwin Rangel, profesor de la cátedra de Economía desde hace 22 años en el Crusam, opinó que si bien la ubicación actual es accesible, las instalaciones “no responden” a las necesidades de un campus universitario.

Señaló que hay “muchas falencias” como la falta de cafetería, laboratorios, campos de esparcimiento y además, el ruido de los vehículos y el movimiento comercial dificultan ofrecer las clases.

Por su parte, Neftalí Guillén, estudiante de segundo año de la licenciatura de Mercadeo, señaló que una de las grandes dificultades es que el Crusam está en medio de una variedad de comercios como casinos, bares y discotecas que “no propician un buen ambiente”.

‘UNA PRIORIDAD’

Eduardo Flores, quien asumirá la Rectoría de la UP a partir del 1 de octubre próximo, indicó que la situación no es exclusiva del Crusam, sino que son muchas las estructuras de la institución que están en “condiciones deplorables”, mencionó como ejemplo los centros regionales de las provincias de Colón y Darién, que “no funcionan adecuadamente”.

Agregó que para su gestión es “un compromiso y una prioridad” dar la mejor calidad educativa y ofrecer buenas estructuras.

En tanto, Gustavo García de Paredes, rector saliente, señaló que durante su periodo se han hecho “grandes esfuerzos” para acondicionar cada una de las instalaciones universitarias.

Sin embargo, estimó que el presupuesto anual de 230 millones de dólares es “reducido” y resulta insuficiente para atender todas las necesidades de la Universidad.

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