En Latinoamérica y el Caribe 42.5 millones de personas padece de hambre, pero también 1 de 4 adultos sufre de obesidad. Muchos no tienen que comer, mientras que otros ingieren alimentos de mala calidad o en total desbalance.
Entre 2014 y 2018 las víctimas del hambre en la región han aumentado 11%, de acuerdo con el informe, el Panorama de la Seguridad Alimentaria y nutricional 2019, llevado a cabo por las Naciones Unidas. Pero, paralelamente, desde 1975 se ha triplicado la obesidad.
Pese a ser una paradoja, el hambre y la obesidad se relacionan con la falta de acceso a una alimentación saludable, pues la calidad de lo que se come en circunstancias de crisis económicas influye en el aumento del sobrepeso y la obesidad, aseguran representantes de las Naciones Unidas, en su presentación llevada a cabo hoy 12 de noviembre en la ciudad de Panamá.
"Cuando la canasta de alimentos sube, las personas con menos poder adquisitivo suelen tomar la estrategia de adquirir alimentos menos saludables y más baratos, y por tanto, eso tiene una repercusión en el sobrepeso y la obesidad", aseguran los especialistas.
Según el informe, el aumento más considerable de la obesidad en adultos en la región se genera en el Caribe, donde el porcentaje se cuadruplicó, pasando de 6% en 1975 a 25% en 2018, un incremento de 760 mil personas a 6.6 millones de personas.
Para Julio Berdegué, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el aumento de la obesidad no solo tiene enormes costos económicos, sino que amenaza la vida de cientos de miles de personas.
Ingesta excesiva de calorías
Cada año, 600 mil personas mueren en Latinoamérica y el Caribe debido a enfermedades relacionadas con la mala alimentación, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, según el reporte.
En Panamá, se calcula que el 10% de la población es víctima del hambre. Mientras que el 62% de los adultos padece sobrepeso, y cerca del 23% tiene obesidad, según la FAO.
Es necesario revertir esta tendencia, dice Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud.
Para lograrlo,propone un compromiso conjunto entre la sociedad, así como políticas públicas que regulen los productos alimenticios malsanos, creen entornos propicios para la actividad física y promuevan la alimentación saludable en la escuela y en la mesa familiar.