Más de 3,000 millones de personas viven en zonas rurales y están afectadas por el hambre y la pobreza

Más de 3,000 millones de personas viven en zonas rurales y están afectadas por el hambre y la pobreza
Las personas que viven en el medio rural son las más vulnerables desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. Foto IFAD/Peter Caton


Existe un importante déficit en la financiación destinada a las zonas rurales y, en particular, en la dedicada a la adaptación al clima. Al mismo tiempo, los países ricos destinan 630,000 millones de dólares al año a políticas de subvenciones que distorsionan los mercados, perjudican a los agricultores pobres y dañan el medio ambiente.

Álvaro Lario, Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas, sostuvo que proponen reorientar estos incentivos para promover alimentos sanos, nutritivos y asequibles.

Recordó que en el mundo más de 3,000 millones de personas viven en zonas rurales y se ven afectadas de forma desproporcionada por la pobreza extrema y el hambre.

Asimismo, destacó la necesidad de aumentar de manera significativa el apoyo financiero a los agricultores en pequeña escala, que producen un tercio de los alimentos del mundo.

“No se trata solo de dinero, sino de cómo utilizamos los recursos existentes. Debemos ser inteligentes. La financiación debe fluir hacia donde sea más necesaria. Debemos invertir en la explotación agrícola y en la primera milla: en carreteras rurales, en sistemas de riego, en mercados, así como en bienes públicos y en las personas”, prosiguió Lario.

Más de 3,000 millones de personas viven en zonas rurales y están afectadas por el hambre y la pobreza
Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Cortesía

En un contexto de dificultades como el hambre, la deuda, la desigualdad y el cambio climático, Lario, instó a los dirigentes mundiales reunidos en la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York para “reconocer que la falta de recursos no es el mayor obstáculo, sino la determinación política de invertir en soluciones a la escala necesaria”.

Lario subraya la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional para financiar la adaptación al cambio climático y la transformación de los sistemas alimentarios, asegurando la equidad y la eficiencia en aras de construir un futuro mejor.

“Retos mundiales como el hambre y la pobreza son objetivos realistas que pueden superarse si compartimos la gran riqueza de recursos disponibles y trabajamos juntos para invertir las crecientes desigualdades”, añadió Lario.


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