El banco central de China y el Ministerio de Hacienda están estudiando una propuesta sobre el impuesto al valor añadido para productos de gestión de activos -que podría incluir una posible exención- de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.
Se ha considerado un sistema tributario simple sin deducciones fiscales, según dos personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser identificadas porque las negociaciones son privadas. El plan no ha sido concretado, y la decisión será tomada por el Consejo de Estado, dijeron las personas.
El retraso en la introducción o exención del impuesto podría suponer un alivio para los gestores de activos, administradores de fondos y los bancos en un momento de presión sobre los beneficios por las medidas del Gobierno para reducir el apalancamiento excesivo.
El Banco Popular de China y el Ministerio de Hacienda no respondieron de inmediato a las solicitudes de información sobre el asunto.
China está a punto de concluir una reforma fiscal importante, que comenzó en mayo de 2016, con el objetivo de aliviar la carga sobre las empresas, fomentar la innovación y reforzar la transición a una economía basada en el consumo.
El nuevo impuesto se aplica a un producto o servicio cuando se agrega valor en una etapa de producción o en la venta final.
El Gobierno está haciendo modificaciones finales para asegurarse de que el código tributario general encaja con sectores específicos.
Las empresas de gestión de activos iban a ser susceptibles de un gravamen de IVA a partir del próximo mes, según un comunicado del Ministerio de Hacienda de enero.
Los impuestos sobre el valor añadido tendrían un “impacto relativamente importante sobre la liquidez de los mercados financieros”, y podrían generar una doble imposición, dijo Wang Qing, presidente de Shanghai Chongyang Investment Management Co. en Shanghái.