El presidente Donald Trump anunció en Twitter que nominará a un exfuncionario del Departamento de Justicia como director del FBI.
En el tuit matutino, el mandatario dijo que el abogado Christopher Wray es “un hombre de credenciales impecables. Esperen más detalles”. No dio más información.
I will be nominating Christopher A. Wray, a man of impeccable credentials, to be the new Director of the FBI. Details to follow.
Su nombre surgió de una lista de exfiscales, políticos y funcionarios policiales entrevistados por Trump desde que despidió al director del FBI James Comey el mes pasado.
Wray trabaja en la firma King & Spalding; representó al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, durante la investigación del cierre del puente George Washington.
Dos excolaboradores de Christie fueron acusados de planear el cierre de carriles del puente para castigar a un alcalde demócrata que no apoyaba al gobernador republicano.
Christopher Wray trabajó para el Departamento de Justicia durante el gobierno del presidente George W. Bush, donde ascendió hasta la dirección de división criminal y supervisó investigaciones sobre fraude corporativo durante el tiempo en que Comey fue subprocurador general.
Wray se hizo cargo de un grupo de fiscales y agentes del FBI creado para investigar el escándalo de Enron por fraude contable. Legisladores republicanos dijeron el miércoles que Wray les parecía una buena elección.
Los asistentes a una reunión de comité a puertas cerradas dijeron que no habían recibido aviso de la decisión del presidente.
El congresista Mike Conway, de Texas, dijo que “a primera vista, parece un gran candidato para dirigir el FBI”. Añadió que no había recibido un aviso: “Ustedes (los periodistas) me sorprendieron con la noticia”.
Comey comparecerá ante el comité de inteligencia del Senado el jueves 8 de junio, donde se espera que describa sus conversaciones con Donald Trump en las semanas antes de ser despedido el 9 de mayo.
Lo que diga el exjefe del FBI podría ofrecer nuevos detalles sobre la investigación federal sobre la presunta intromisión electoral de Rusia.
La Casa Blanca y sus aliados han buscado maneras de contrarrestar ese testimonio potencialmente dañino y trabajan en estrategias dirigidas a socavar la credibilidad de Comey.