El exdirector del FBI James Comey dijo este jueves 8 de junio ante el Senado que las presiones del presidente Donald Trump relativas a la investigación sobre Rusia fueron “muy perturbadoras”, aunque admitió que nunca le pidió que interrumpa el proceso.
En una audiencia que mantuvo en Washington conteniendo la respiración, por la sensibilidad del testimonio, Comey reafirmó su versión sobre las presiones del presidente, pero dijo que no le cabía definir si ese hecho constituía una tentativa de obstruir la justicia.
“No pienso que deba decir si las conversaciones que tuve con el presidente fueron obstrucción de justicia. Fue una cosa muy perturbadora, desconcertante”, dijo Comey ante la comisión de inteligencia del Senado.
El miércoles, Comey adelantó por escrito su testimonio, en un documento de siete páginas que tuvo el efecto de un verdadero terremoto político al narrar detalles de sus conversaciones con Trump en la Casa Blanca.
En ese momento, Comey conducía una investigación sobre la alegada interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, y uno de los funcionarios bajo sospecha era el entonces asesor presidencial de Seguridad Nacional, el general Michael Flynn.
Durante una conversación en febrero Trump “me dijo: ‘Espero que usted pueda ver un camino para dejar esto, dejar tranquilo a Flynn. Es un buen tipo. Tengo la esperanza que pueda olvidarse de esto’”, relató Comey en el testimonio divulgado el miércoles.
Este jueves, Comey prefirió no releer su testimonio pero afirmó que decidió comenzar a redactar memorandos internos de todos sus contactos con Trump, los que luego discutió con un restringido círculo de subordinados en el FBI.
A inicios de mayo, Trump despidió a Comey alegando que el FBI se encontraba en una situación caótica.
“Aunque por ley no precise dar una razón para despedir al director del FBI, el gobierno prefirió difamarme a mí y, más importante, al FBI afirmando que la organización era un desorden, mal conducida, y que los agentes perdieron confianza en su responsable”, se quejó Comey.