El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, explicó que “por ahora” su gobierno no se plantea permitir la entrada del barco Aquarius, que navega por el Mediterráneo con 58 migrantes a bordo, tras llevar a cabo dos rescates en los últimos días.
Las oenegés Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, responsables del buque, anunciaron el lunes que llevarían el Aquarius a Marsella después de que este fin de semana la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) comunicara que retiraba su bandera del barco.
En declaraciones a la cadena BFM TV, Le Marie anunció que serán el presidente, Emmanuel Macron, el primer ministro y el responsable de Interior "quienes decidan", pero avanzó que "por ahora" el gobierno no tiene previsto hacerse cargo de los migrantes.
"Marsella no es el puerto más cercano", alegó a este respecto el titular francés de la cartera de Economía, que ha llamado a respetar "las reglas europeas", sin aludir directamente a ningún país en concreto.
En este sentido, ha recordado que Francia ya ha asumido una responsabilidad "importante" en la acogida de solicitantes de asilo. En total el barco transporta a 58 migrantes.
Entre ellos hay siete familias que huyen de conflictos armados. En total hay 17 mujeres, 18 menores y tres niños pequeños que provienen de Palestina, Sudán (norte), Siria, Costa de Marfil, Pakistán, Argelia, Libia y Marruecos.
Según han indicado las personas rescatadas a los equipos a bordo, han huido por temor de la vida de los niños, por miedo al secuestro, o a la exposición de las niñas a la violencia sexual, así como por la violencia diaria en sus barrios y por los bombardeos cerca de sus casas.
Aunque las oenegés SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) señalan que no hay casos médicos urgentes a bordo, sin embargo, apuntan que los supervivientes presentan signos de angustia pues algunos han sido testigos directos de los recientes enfrentamientos en Trípoli, incluidos asesinatos.
Algunos también han denunciado que han sido víctimas de trabajo forzoso al llegar a Libia. El Aquarius emprendió el lunes rumbo a Marsella, después de la cancelación del registro del barco humanitario.
En opinión de las oenegés, esta decisión fue tomada bajo intimidaciones del gobierno de Italia, “a pesar de que el Aquarius cumple con todos los estándares marítimos y con las rigurosas especificaciones técnicas exigidas para poder navegar bajo bandera de Panamá”.
En este sentido la calificaron como "un gran golpe" para su trabajo "de salvar vidas" y para "los cientos de personas que ahora están condenadas a morir como resultado de esta acción". Sin embargo, la AMP negó cualquier tipo de presión por parte de Italia para cancelar la bandera panameña del buque.
“Desafortunadamente, es necesario que el Aquarius sea excluido de nuestro registro, ya que esto supone un problema político para el Gobierno panameño y para la flota panameña que llega a los puertos europeos”, declararon en un comunicado.
UNA NUEVA BANDERA
De este modo, solicitaron a los gobiernos de la Unión Europea que les otorguen una nueva bandera para poder seguir navegando.
"Estamos salvando vidas en el mar y lo hacemos con total transparencia. No los estamos colocando en secreto en la playa, los entregamos a las autoridades apropiadas al llegar a un puerto seguro, quienes luego pueden evaluar quién puede quedarse y quién debería regresar a sus países de origen", apuntaron desde las organizaciones.
La Administración Marítima panameña ha iniciado el proceso de Cancelación de Oficio del registro de la nave “AQUARIUS 2”, ex “AQUARIUS”, con número IMO 7600574, con primer registro de Alemania y registrado en Panamá.Nota de prensa --> https://t.co/hSRtN7Bo6J
