Represión espanta a los turistas de la idílica isla de Ometepe en Nicaragua



La cacería que paramilitares y antimotines han emprendido contra manifestantes opositores en la isla de Ometepe, en el lago Cocibolca de Nicaragua, ahuyentó a los turistas que antes rehusaban abandonar este paradisíaco destino aún cuando uno de sus volcanes entraba en erupción.

Como “la isla ha sido asediada ahora por los paramilitares y antimotines hay más temor” entre los turistas, dijo a la AFP Duval Briceño, dueño de un hotel que, como tantos otros, permanece vacío por la crisis que originó la represión a las protestas de abril.

Empresarios turísticos como Briceño se han visto obligados a vivir de sus ahorros o a dedicarse nuevamente a la agricultura y al cuido de vacas y animales domésticos.

Ometepe, una de islas volcánicas más grandes del mundo situadas dentro de un lago, fue afectada por las protestas que sacudieron este año al gobierno de Daniel Ortega, en el poder desde hace 11 años. El lago Cocibolca es la mayor fuente de agua dulce de Centroamérica.

La isla, de alrededor de 40 mil habitantes, se sumó a las manifestaciones opositoras para reclamar la dimisión del mandatario, que estallaron en abril y que han dejado más de 320 muertos y cientos de detenidos.

Tras aplastar a balazos la rebelión en las principales ciudades del país, las fuerzas del gobierno se desplazaron en octubre a la isla de Ometepe, donde persistían brotes de protestas y comenzaron a perseguir a los opositores, entre ellos muchos jóvenes que se escondieron en las faldas de los volcanes Concepción (activo) y Maderas (inactivo).

Según los lugareños, los paramilitares y policías continúan escondidos, al acecho de posibles manifestantes, muchos de los cuales han sido detenidos en las últimas tres semanas acusados de participar en las protestas, que el gobierno tilda de “golpistas” y “terroristas”.

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