Facebook cerró el jueves un grupo integrado por partidarios del presidente estadounidense Donald Trump, quienes hacían “preocupantes” llamados a la violencia e incitaban a interrumpir el conteo de votos de las elecciones en las que el mandatario aspira a un segundo gobierno.
El grupo “Detengan el robo” (de votos) había alcanzado casi 350 mil miembros el jueves por la tarde, antes de que el gigante de las redes sociales interviniera.
La medida fue tomada mientras el escrutinio de los comicios del 3 de noviembre continúa en un puñado de estados que determinarán quién será el próximo presidente de Estados Unidos: el republicano Trump o su rival demócrata Joe Biden.
“En línea con las medidas excepcionales que estamos tomando durante este período de mayor tensión, hemos eliminado el grupo ‘Stop the Steal’ [Detengan el Robo], que estaba creando eventos en el mundo real”, dijo Facebook en respuesta a la AFP.
“El grupo se organizó en torno a la deslegitimación del proceso electoral, y advertimos preocupantes llamados a la violencia por parte de algunos miembros del grupo”, añadió.
El grupo pedía salir a la calle para proteger lo que llamaba la “integridad” del voto, según el diario The Washington Post, y alentaba las donaciones para enviar a partidarios a estados clave como Georgia (sureste) y Pensilvania (noreste).
Algunos de los comentarios decían que el país estaba “al borde de una guerra civil” y preguntaban cómo “derrocar al gobierno”, según el diario.
Mientras, en Pensilvania, unos 150 simpatizantes manifestantes pro-Trump y pro-Biden se desafiaban el jueves frente al centro de convenciones de Filadelfia, donde se cuentan los votos por correo de este estado bisagra clave para un triunfo electoral.
“¡Cuenten todos los votos!”, gritan los simpatizantes de Biden.
Congregados por la coalición “Cuenten cada voto”, los manifestantes bailaban al ritmo de la canción This is America.
En una esquina opuesta, también en la vereda, unos 30 simpatizantes de Trump exigen detener el conteo de los votos recibidos después del 3 de noviembre, y agitan banderas estadounidenses y carteles con la leyenda “Disculpas. Las urnas han cerrado”.
Un votante de Trump que lleva un sombrero de vaquero y una bandera estadounidense estrecha la mano de los policías que protegen al grupo con barreras y con sus bicicletas.
La tensión es palpable, y ambos bandos cruzan gritos y acusaciones. Una manifestante demócrata levanta el dedo medio a una “trumpista” que le grita “¡satánica!”.
A raíz de la pandemia de coronavirus, Pensilvania autorizó el conteo de votos enviados por correo hasta el mismo día de la elección, y recibidos hasta tres días después.
El estado, que tiene 20 votos en el colegio electoral, es uno de los pocos aún sin ganador. Aunque ya se ha contabilizado el 92% de los sufragios, la contienda aún está muy reñida.
Más temprano, dos conocidos republicanos, la exfiscal de Florida Pam Bondi y el asesor de campaña Corey Lewandowski, se adjudicaron una victoria legal al conseguir que un juez de Pensilvania les permitiera observar el escrutinio a dos metros de las mesas donde se cuentan votos, en vez de a seis metros.
“Estoy aquí porque la democracia estadounidense está en riesgo. Tenemos un gobierno que ha dicho que ignorará los verdaderos resultados de esta elección y tratará de robar la elección”, dice a la AFP Melissa Dunphy, una profesora universitaria de 40 años de edad que votó por Biden.
Diann Candan, un policía retirado que votó a Trump, asegura que “hay una corrupción masiva en los estados bisagra” y que los votantes de Biden enviaron por correo “sufragios falsos para ganar”.
Aunque no ha presentado pruebas, Trump asegura que el voto por correo ha posibilitado un fraude que le ha perjudicado.
“Nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista”, señala por su lado Emma Kaplan, de 30 años, que trabaja para un diseñador de interiores. “¡Cuenten todos los votos! ¡Que Trump y Pence se vayan ahora!”, asegura.
Ray Cortez, un votante de Trump de 55 años, dice que “no hay manera de garantizar la integridad de la votación”.
“Cuando tienes toda esta cantidad de boletines de voto [por correo] no sabes quiénes los están llenando, no sabes quién los está trayendo. Y eso se convierte en un problema”.
Desde el día de las elecciones, Trump ha lanzado tuits pidiendo que se detenga el escrutinio, y ha afirmado -sin pruebas- que hubo fraude electoral.
“¡Dejen de contar!”, “¡Detengan el fraude!”, tuiteó en mayúsculas el presidente, quien asegura haber ganado las elecciones a pesar de que los resultados preliminares favorecen al demócrata Biden.
Twitter censuró casi la mitad de los mensajes del magnate republicano desde la noche de las elecciones, advirtiendo sobre la naturaleza “engañosa” de los comentarios.
Facebook y Twitter, que habían anticipado el riesgo de desinformación y llamamientos a la violencia si el resultado electoral se retrasaba, desplegaron numerosas medidas para evitarlo.
Facebook implementó una política de prohibición de propaganda política después del cierre de las urnas, y un portavoz de la red social explicó que esta medida durará cerca de una semana y su objetivo es “reducir la posibilidad de confusión o abuso”.