El contrato minero se ha manejado pésimo. El gobierno ha sido demasiado irresponsable y es el único culpable del clima de inestabilidad que vivimos. Tanto, que hasta Martinelli -en cuyo gobierno hubo muertos por la ley chorizo- se siente con la moral para pedirle a Cortizo evitar el caos.
Las protestas son justificadas y válidas. Necesarias, de hecho. Lo que no es válido es paralizar el país a punta de anarquía. Y eso no le cae a los ambientalistas, abogados ni ciudadanos que están, y con toda razón, hartos del abuso y las burlas del gobierno. Le cae a Suntracs.
Miren cómo orgánica y pacíficamente salieron cientos de ciudadanos a manifestarse. ¿Y a quién afectaron? A nadie. Pero Suntracs tiene que prender el país para hacerse sentir. Y no. No hay derecho. Un problema no se arregla creando un problema mayor. No se arregla impidiéndole a los panameños llegar a sus trabajos ni haciendo que cientos de negocios no puedan abrir. No se arregla trancando las arterias principales del país ni ahuyentando turistas. Ni impidiéndole a los pacientes llegar a las citas que tanto les costó conseguir y que quizá cuando les reagenden ya sea tarde. No se arregla paralizando clases. Nada se arregla así. Ni vandalizando ambulancias y vehículos estatales. Ni robando productos de camiones. Ni tirando piedras. Ni amenazando ciudadanos y cobrándoles peajes para pasar. Ni hiriendo camarógrafos y policías. Eso es terrorismo, intransigencia y violencia. Y es inaceptable.
Las afectaciones son incalculables. Y ya vimos lo que implica tener la economía paralizada. Implica más pobreza, conflicto, tensión y destrucción social. Y al final, ¿qué hace el gobierno? Se inventa subsidios para calmar a la gente. Subsidios que pagamos todos.
¿Cuántos de los que protestan con Suntracs leyeron el contrato? Protestarían con más ganas si lo leyeran. ¿Quieren masificar la protesta? Masifiquen el contrato. Hagan que la gente lo lea. La lucha es eficaz no cuando impone violencia, sino cuando estimula a la gente a pensar. A indignarse. Cuando la gente respeta sus derechos, el gobierno no se atreve a violarlos.
En 1955, en Alabama, Rosa Parks le dijo al conductor de un bus que no se iba a parar para darle el puesto a un blanco. Eso le costó una condena. ¿Y qué hizo? No les dijo a los negros que no fueran más a trabajar. Les dijo que no fueran en bus. Hasta que ninguno tuviera que cederle su puesto a un blanco. Mandela estuvo preso por ser negro, y nunca dijo “acabemos con los blancos”. Combatió el racismo y construyó un país para todos. Como Rigoberta Menchú en Guatemala. Mataron a su familia y, ¿qué hizo? Apeló al respeto de los indígenas.
¿Qué tienen esas personas en común? Uno, que estaban dispuestas a luchar… y mucho. Domingos y con lluvia también. Pero, sobre todo, tenían autoridad moral. Porque para ser líder y generar cambios hay que tener autoridad moral.
¿Y eso lo tiene Suntracs? Suntracs protestaba para controlar el sindicato de la mina. No lo logró; entonces ahora protesta para que la mina no exista. ¿O ustedes les creen que es por el ambiente? Tres pepinos les vale. En 2006 se opusieron a la ampliación del Canal, y luego se volvieron el sindicato más grande de los trabajadores y hasta pararon la obra para pedir plata.
¿Entonces? ¿Están por el país o por ellos? Ya tienen el monopolio de los sindicatos de la construcción, tienen Frenadeso, han tratado tres veces de convertirse en partido y ahora tienen candidata presidencial. Le arrebataron a los médicos e indígenas el liderazgo de las protestas de julio del año pasado y se sentaron, según ellos, a negociar por el país. ¿Lograron algo?
Suntracs, que recicla a los mismos dirigentes desde hace décadas gracias una democracia diseñada a su medida, apoya a gobiernos que violan todos los derechos humanos del mundo. Gobiernos que, por hacer lo que ellos hacen aquí, los metería presos. Además, ¿ustedes saben cómo manejan el subsidio estatal que reciben? ¿Con qué cara encabezan un reclamo por falta de transparencia?
Y ay de que alguien se atreva a cuestionarlos. De una vez es mercenario, oligarca, terrorista y vendido.
Lo triste es que gente sensata está empezando a pensar que el que cuestiona estas protestas es porque apoya el contrato minero. Y no. Protestar es válido. Marchar también. Demandar también. Votar bien, más. Lo que es inaceptable es la anarquía. Porque no se hace patria destruyéndola.