La ley del Oeste en Panamá

La ley del Oeste en Panamá


De acuerdo con Michael Conniff, en los primeros años de la construcción del ferrocarril –entre 1850 y 1852– el crimen era una plaga en Panamá y se convirtió en un tema delicado para las autoridades.

Con la llegada a Panamá de extranjeros cargados del oro de California, bandidos llamados derienni asaltaban a los viajeros y al ferrocarril, obteniendo grandes botines. En ocasiones, incluso, llegaron a asesinar a sus víctimas.

Con tal de no perder la clientela que, de acuerdo con Conniff ya disminuía, la Compañía del Ferrocarril decidió crear su propia policía, tras pactar en secreto con el entonces gobernador provincial de Panamá.

A los policías contratados para la protección del ferrocarril se les permitió patrullar "la zona de tránsito y ejercer la justicia en cualquier forma que les pareciera apropiada".

Esta singular autorización para actuar así es consecuencia del tratado Mallarino-Bidlack, firmado con Nueva Granada (hoy Colombia y de la que Panamá formaba parte).

El tratado permitía que Estados Unidos garantizara la "neutralidad y seguridad" del paso del mar Caribe al océano Pacífico. Este permiso se convirtió en un antecedente a las futuras intervenciones de Estados Unidos en Panamá.

Así pues, la Compañía tenía control sobre viajeros y panameños en derredor del terreno cedido a la compañía, también conocida como Yankee strip.

Para mantener segura la vía, la Compañía del Ferrocarril contrató a un mercenario llamado Randolph Ran Runnels, quien había luchado contra los comanches en territorio norteamericano. Runnels había sido un Texas Ranger y –aunque no aparece registrado como tal en la Asociación de los Rangers de Texas– entrenó soldados durante la guerra de Estados Unidos contra México (1846-1848), en la que los mexicanos perdieron Texas, Arizona y California.

Runnels era un hombre de pocas palabras, rasgos delicados y de poca estatura, que trataba de disimular portando un gran sombrero blanco.

Al llegar a Panamá, comenzó a disfrazarse –en el día– como conductor de locomotoras y de noche, perseguía, capturaba y mataba a los supuestos criminales. El vaquero rodeaba a sus sospechosos, los capturaba y luego los colgaba. Los historiadores narran que Runnels hizo, al menos, dos colgamientos masivos. El primero fue de 37 supuestos maleantes, y uno más, en el que ahorcó a otras 41 personas. Sus cuerpos aparecían en el malecón de la ciudad de Panamá.

Este cowboy justificaba sus acciones diciendo que en Panamá había decenas de hombres involucrados en crímenes "y no hay razón para pensar que no lo harán otra vez, porque el leopardo no cambia sus manchas, ni el tigre sus rayas".

Runnels también se encargó de suprimir un intento para crear una organización sindical de trabajadores del ferrocarril. Personalmente apresó, flageló y amenazó de muerte al líder del movimiento.

Aunque sus actuaciones se calificaron de crueles, Runnels fue eficaz en su lucha contra el crimen y por ello es considerado un héroe por la comunidad estadounidense. Según Conniff, su éxito lo llevó a ser apodado "The Hangman of Panama" (El Verdugo de Panamá).

La tajada de sandía

Runnels fue uno de los norteamericanos que participó en en el incidente de la llamada "tajada de sandía". El mercenario llegó a la estación del ferrocarril, donde se habían atrincherado cientos de norteamericanos que luchaban contra los panameños. Runnels, con el apoyo de sus hombres, atacó la retaguardia panameña, que había penetrado la estación. El final del incidente ya es conocido: 15 norteamericanos y dos panameños muertos.

Se dice que Runnels murió en 1856 en Panamá, cuando descarriló el ferrocarril.

Ayer se cumplieron 157 años desde que se inauguró el primer ferrocarril transcontinental de América –es decir, el de Panamá–. Randolph Ran Runnels fue protagonista importante de esta historia.

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