Irving Jiménez es sordo y forma parte de la Asociación Nacional de Sordos de Panamá y de la Asociación Nacional para la Promoción de los Servicios de Interpretación para Sordos en la República de Panamá.
Irving asegura que se ha incrementado el número de personas interesadas en aprender el idioma. “Algunos lo aprenden por sus familiares, también hay policías, bomberos y personal del Órgano Judicial y la empresa privada que quieren brindar el servicio de atención a las personas sordas”, sostiene.
Cualquier persona que tenga interés puede aprender el idioma, explica Emma Barragán, directora de la Escuela Nacional de Sordos del Instituto Panameño de Habilitación Especial (Iphe). “Es como quien quiere aprender japonés o francés”.
Por otro lado, Karla Mackay, una intérprete de este lenguaje por señas, afirma que como madre de un niño sordo “uno nunca termina de aprender”. A su criterio, “el mejor maestro es la comunidad de los sordos”. La guía explica que es importante estar en contacto con las personas sordas el mayor tiempo que sea posible.
Además, con el trato uno se puede informar de las actividades que realizan, como los cursos y seminarios, agrega.
“La permanente comunicación con los sordos te va a permitir adquirir su lenguaje natural”, manifiesta la intérprete.
En su caso, su hijo le ha enseñado sobre el comportamiento de los sordos en general.
También es imprescindible enseñarles a través de las señas los conceptos de la vida, como el deporte, lo religioso y la cultura.
Mackay indica que para aprender el idioma, hay que comprender la lengua en señas panameña de forma descriptiva.
Por ejemplo, los términos “bañarse” y “teléfono” están comprendidos dentro de un lenguaje universal, es decir, que se puede comprender en cualquier idioma. Pero si uno aprende a decir “hola” y no lo hace con la expresión o gesto correcto, la persona sorda puede pensar que el que habla tiene un problema en vez de un saludo.
“El sordo le puede enseñar a gesticular, porque puedes saber una palabra, pero debes conocer la forma emotiva para describirla”, señala la traductora.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN
El sitio en internet de la Federación Mundial de Sordos (wfdeaf.org) destaca que cada idioma es único, con culturas distintas que son expresadas a través de gestos visibles y con las manos. “Así como las lenguas habladas han evolucionado en la historia, varias lenguas de señas también lo han hecho en diversas partes del mundo”.
La lengua de señas escrita en español reúne todas las características lingüísticas de cualquier otra lengua, sostiene Barragán.
La funcionaria comenta que la mayoría de las lenguas de señas de los países latinoamericanos procede de la lengua americana (American Signs Language).
La lengua de señas que se utiliza en Estados Unidos es un mezcla de signos que se llevaron de Francia en el siglo XIX. Algunas señas aún están vigentes en este país, señala el sitio www.lenguajesordos.com.
Como en aquella época no había una lengua de señas estandarizada se llevaron las señas locales y francesas, y juntos crearon la lengua estadounidense, considerada “una de las más refinadas y completas del mundo”.
A pesar de que hay un lenguaje universal de señas por el cual se entienden las personas sordas sin importar de qué parte del planeta sean, cada país tiene sus propias características.
Incluso puede variar por las regiones dentro del país, por ejemplo, en las provincias de Los Santos, Herrera y Chiriquí han creado señas con sus propios regionalismos, al igual que en el lenguaje oral.
La directora de la Escuela Nacional de Sordos del Iphe explica que uno de los aspectos más importantes a nivel educativo es que el sordo desarrolle habilidades de aprendizaje.
“Una persona que no tiene sordera o que no tenga una discapacidad cognitiva va a lograr sus habilidades de forma espontánea. En los sordos la educación especial se logra a través del lenguaje”, acota.
Entre otros intereses de los educadores está que la persona sorda pueda llegar a los procesos de análisis y síntesis, “son destrezas para aprender habilidades de procesamiento, que aprenda a manejar la información y aplicarla a la vida cotidiana. “Queremos lograr los mismos pilares de la educación, que para otras personas que no tienen sordera”, manifiesta.
AVANCES DE AYER Y HOY
El Iphe fue creado mediante la Ley 53 de 30 de noviembre de 1951, como entidad pionera y líder en la prestación de los servicios habilitadores de los niños y jóvenes con discapacidad para garantizar el acceso al sistema educativo.
En Panamá la Ley 53 también protege a las personas con discapacidad auditiva. En 1992 la Ley fue modificada y establece en su artículo número 2 que: “se reconoce la lengua de señas como la lengua natural del discapacitado auditivo profundo”.
La Ley panameña garantiza el derecho de las personas sordas a la educación. En la actualidad hay unas 10 escuelas en donde trabajan docentes especiales para sordos a nivel primario, secundario y universitario.
Barragán afirma que los padres deben dar el primer paso y llevar a su hijo al Iphe en primera instancia, de allí podrá ser evaluado para ingresarlo en alguna de las escuelas que cuenten con educación especial y recibir una guía adecuada.
Barragán destaca que las personas sordas obtienen mediante la educación la oportunidad de ser profesionales. Se especializan en administración, finanzas y diseño gráfico. “Son muy buenos, con excelente capacidad por su desarrollo humano, con buena actitud y dedicados al trabajo”.
También en 1951 se creó la Escuela Nacional de Sordos como una rama del Iphe, en 1979 nació la Asociación de Sordos de Panamá bajo el auspicio del Iphe y en 1996 se fundó la Asociación Nacional para la Promoción de los Servicios de Interpretación para Sordos en la República de Panamá.
OBSTÁCULOS
Karla Mackay dice que a pesar de que hay varios docentes en formación de lengua de señas, el papel del intérprete no se contempla dentro de los presupuestos institucionales ni empresariales, y no hay suficientes recursos para las capacitaciones.
La intérprete señala que este trabajo debería ser una prioridad en todas las ramas, ya sea en la medicina y principalmente en el Órgano Judicial. “Si una persona sorda es procesada legalmente, cómo le van a hacer justicia si no se le brindan los derechos”, afirma.
Irving resalta que “no es fácil ser intérprete”, pero hablar con señas es “todo un arte”.
Si está interesado en certificarse acuda al Iphe y obtenga la certificación a través de la Asociación Nacional de Sordos de Panamá, la Asociación Nacional para la Promoción de los Servicios de Interpretación para Sordos en la República de Panamá y la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis). Hoy habrá una caminata desde las 8:00 a.m. en Camino Real de Betania para conmemorar la fecha.