La fatalidad se cebó sobre los ocupantes de una humilde vivienda en la comunidad de Canto del Llano, en el distrito de La Mesa, a 28 kilómetros al occidente de la cabecera provincia, Santiago de Veraguas.
Alejandro Cruz, de 64 años, y Leonardo Cruz, de 40, tío y sobrino, pasaban la fuerte tormenta que caía en esos momentos, en la cocina de la casa, cuando inesperadamente cayó una violenta descarga eléctrica en ese sector de la vivienda que los fulminó instantáneamente.
Al respecto, Julián Wong, alcalde de La Mesa, lamentó la tragedia y aseguró que a la familia afectada se le brindará la ayuda necesaria para atender sus honras fúnebres.
De acuerdo con el jefe distrital, es la primera vez que ocurre una tragedia como la descrita, y estimó que es muy posible que ello se deba a la gran cantidad de árboles grandes sembrados alrededor de las casa, razón por la cual las descargas atmosféricas buscan la altura, tal cual ocurrió en la vivienda de los occisos.
En el momento de la caída del rayo tres personas se encontraban en la cocina de la casa, dos murieron y la tercera persona resultó ilesa, la cual se encuentra muy traumatizada por la escena tan trágica de la que fue testigo.
El 24 de octubre de 2014, una descarga de alta tensión mató a tres indígenas en la comarca Ngäbe Buglé, entre ellas una menor de edad.
Según la estatal Empresa de Transmisión Eléctrica S.A., desde junio hasta octubre se da una mayor incidencia de rayos, en el país, y pueden ocurrir hasta 275 mil descargas eléctricas por mes. Sin embargo, todo dependerá de la situación atmosférica.
Un estudio realizado en 2014, por ELAT (Grupo de Electricidad Atmosférica), una empresa ligada al Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil, este país sudamericano es que más número de muertes por rayos, al año, refleja. Esto debido a que es el más poblado y por recibir la mayor cantidad de descargas por año, un promedio de 50 millones.
Pero el estudio detalla también que Cuba y Panamá poseen la mayor proporción de decesos causados por esta incidencia atmosférica, gracias a la alta densidad de descargas eléctricas y el bajo nivel de infraestructuras. En el caso de la comarca Ngäbe Bugle, se trató de un humilde rancho de muy poca altura.
