Una vida concebida como lucha permanente contra el olvido: “Quien conspira para borrar el recuerdo de las víctimas las está matando por segunda vez”, dijo Elie Wiesel en el año 2000 ante la cámara baja del Parlamento alemán.
Su padre Shlomo, su madre Sarah y la menor de sus tres hermanas murieron asesinadas por la maquinaria exterminadora de los nacionalsocialistas.
Wiesel, quien nació en Rumanía en 1928, sobrevivió a los horrores de los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald. Desde entonces, el escritor y premio Nobel de la Paz, afincado en Nueva York, dedica su vida a mantener vivo el recuerdo de los seis millones de víctimas del Holocausto, como enseñanza para el futuro. Wiesel cumplirá el lunes 30 de septiembre 85 años.
Su libro La noche, publicado en 1958 y traducido a 30 idiomas, en el que describe de manera concisa e impactante sus vivencias en el campo de concentración de Auschwitz, sigue siendo hasta el día de hoy uno de los libros más leídos sobre el Holocausto.
Con este libro, Wiesel se convirtió, sobre todo en Estados Unidos, en una figura de culto y es considerado como uno de los líderes del judaísmo norteamericano.
Sin embargo, los críticos le reprochan que lo que más le interesa supuestamente es comercializarse a sí mismo.
Nacido en 1928 en Transilvania como hijo de un comerciante judío, Wiesel en realidad estaba destinado a convertirse en rabino. Pero, su educación en la pequeña ciudad carpática de Sighet se vio truncada repentinamente en 1944, cuando la familia fue deportada a Auschwitz.
“El nombre no nos decía nada”, diría más tarde Wiesel en una entrevista. “Solo pasaron un par de minutos y todas las familias estaban desintegradas. Se separaba a los hombres de las mujeres”.