Benjamín Netanyahu fue elegido para formar el próximo gobierno de Israel, sin ninguna indicación clara de que pueda lograrlo y poner fin a meses de estancamiento político.
La decisión que tomó este miércoles el presidente Reuven Rivlin, de permitir a Netanyahu formar una coalición en el Parlamento, otorga al líder israelí una línea de vida política tan solo una semana antes de que se enfrente a una crucial audiencia sobre las acusaciones de corrupción que han nublado los últimos tres años de su mandato.
"La capacidad de Netanyahu para formar un gobierno es mayor en este momento", dijo Rivlin en una conferencia de prensa en Jerusalén.
El partido Likud de Netanyahu siguió ligeramente al partido Azul y blanco del general retirado Benny Gantz en las elecciones del 17 de septiembre, pero tenía una leve ventaja cuando se solicitó a facciones que indicaran su elección para primer ministro. En los ocho días transcurridos desde las elecciones, no ha habido progresos visibles para poner fin al estancamiento político que produjo.
Rivlin intentó unir a las dos grandes partes en un acuerdo de poder compartido, pero fracasó y tuvo que elegir a un hombre por encima del otro. Netanyahu comentó después de ser elegido que "hará todo lo que esté a su alcance" para formar un amplio gobierno de unidad nacional, pero Gantz rechazó la idea de inmediato.
'Azul y blanco no acepta formar parte de un gobierno cuyo líder potencial se enfrenta a una acusación grave", dijo Gantz en un comunicado.
'TODO O NADA'
Si Netanyahu no logra formar un gobierno, Rivlin recurrirá a Gantz u otra persona. El primer ministro tendrá al menos cuatro semanas, posiblemente seis, para intentar completar la tarea.
La falta de una victoria decisiva socava el aura de invencibilidad que Netanyahu había promovido. Para construir una mayoría parlamentaria, tendrá que asegurar un pacto de poder compartido, separar a los legisladores del campo contrario o ganar el respaldo del antiguo ministro de Defensa Avigdor Liberman, cuya negativa a unirse a su coalición después de la elección de abril catalizó la repetición de la elección. Liberman no se ha alineado con nadie hasta ahora.
"Es todo o nada para Netanyahu", dijo el encuestador Mitchell Barak. "O tiene éxito y se convierte en primer ministro tras una victoria sin precedentes o falla y se aleja de la política".
AUDIENCIA DE ACUSACIÓN
Israel se ha visto afectado por la agitación política desde que Netanyahu disolvió el Parlamento por primera vez en diciembre, luego lo disolvió nuevamente cuando fallaron las conversaciones de coalición tras las elecciones del 9 de abril por la insistencia de Liberman en reducir las exenciones de reclutamiento de militares ultraortodoxos.
Es probable que la parálisis política que se produce continúe hasta fin de año a medida que aumentan desafíos de seguridad diplomáticos y regionales, y Netanyahu se enfrenta a la posibilidad de ser juzgado.
La próxima semana, Netanyahu intentará persuadir al fiscal general Avihai Mandelblit de abandonar su plan de acusar al primer ministro en tres casos de corrupción. El líder israelí afirma que es víctima inocente de una caza de brujas política por parte de izquierdistas y periodistas empeñados en frustrar su agenda nacionalista. No tendría que renunciar si es acusado, solo si es condenado y ha agotado todas las vías de apelación.
Los enredos legales de Netanyahu le han dado un incentivo adicional para permanecer en el poder: ha tratado de impulsar una nueva ley que protegería a un líder en funciones de enjuiciamiento, y el fiasco de la creación de coaliciones se interpuso en el camino. Su audiencia ante Mandelblit está programada para dos días a partir del 2 de octubre, y la televisión israelí informó que el fiscal general tiene previsto tomar una decisión en algún momento durante el mes de noviembre.
El líder israelí recibió obsequios caros de empresarios ricos y se le ha acusado de reestructurar el panorama de las comunicaciones del país para beneficiar a un magnate de los medios de comunicación con el fin de obtener una cobertura empática. Si logra construir una coalición, la distracción de los cargos penales podría obstaculizar su capacidad de gobierno.
Las elecciones consecutivas ya han retrasado la publicación por parte de la administración Trump de su plan para la paz en Medio Oriente y retrasaron esfuerzos para reducir el creciente déficit presupuestario de Israel. Entretanto, Irán y sus representantes en Líbano, Siria y la Franja de Gaza significan un desafío continuo para la seguridad de Israel.
