El costo de la ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen podría terminar en $900 millones, $221 millones más al precio pactado en el contrato firmado entre el gobierno de Ricardo Martinelli y la constructora brasileña Noberto Odebrecht.
La empresa, que se adjudicó la obra con una oferta de $679 millones, solicitará a Tocumen, S.A. una adenda al contrato de $84 millones, debido a los trabajos adicionales que pidió la administración para la terminal sur o T2, luego de heredar una obra en la que se obviaron trabajos vitales para la operación aeroportuaria.
El gerente de Tocumen, S.A., Joseph Fidanque III, afirmó que es necesario un puente que conecte la actual terminal con la ampliación y mejorar el área del sistema de equipaje para hacer más funcional el proyecto.
Ayer, en un recorrido por el proyecto en la T2, el contralor Federico Humbert destacó que no se siente cómodo con la suma que solicitaría el contratista y pidió a la gerencia de Tocumen, S.A. negociar cualquier aumento. “Todo cambio que se haga a la obra debe contar con la aprobación de la Contraloría”, advirtió.
Señaló que, tras sostener una reunión con Fidanque III, decidió recorrer la obra para inspeccionar sus avances y determinar si los mismos corresponden con los pagos que se han hecho a la empresa.
OBRAS ADICIONALES ELEVAN COSTO DE LA T2
Con un avance de 64%, la construcción de la terminal sur del Aeropuerto Internacional de Tocumen en estos momentos cuesta $121 millones adicionales a lo que ofertó la empresa brasileña Odebrecht para hacerse con la obra, por la que, en 2012, propuso $679 millones.
El aumento del proyecto se pudo perfeccionar gracias a lo dispuesto en el contrato con Odebrecht en el gobierno de Ricardo Martinelli, que permitía elevar su costo hasta por $100 millones tras la inclusión de nuevos trabajos.
A la llegada de Joseph Fidanque III a Tocumen, S.A., en este gobierno de Juan Carlos Varela, se detectó que la pasada administración usó un porcentaje importante de los $100 millones para obras adicionales, dejando de lado algunas de mayor relevancia.
La disponibilidad de fondos y la necesidad de más trabajos traen al escenario un incremento adicional en el monto del contrato, ahora bajo el modelo de adenda.
Fidanque III detalló que el proyecto no contaba con una conexión con la actual terminal, lo que complicaría la logística de los pasajeros en tránsito, que es el negocio principal de Tocumen. Además, se descubrió que el sistema de equipaje no tenía las especificaciones que requería la terminal aérea.
“Había áreas donde los carros que cargan las maletas no podían dar la vuelta y solicitamos ampliarlas”, indicó Fidanque III.
Adicional, se pidió eliminar un jardín que estaría en el centro de la nueva ampliación, y en su lugar se construirá un edificio para la revisión de los pasajeros procedentes de países donde los sistemas de seguridad no sean similares a los aplicados en Tocumen. Con esta modificación Tocumen cumpliría con las recomendaciones hechas por la Organización de Aviación Civil Internacional, de revisar los pasajeros en tránsito.
Igualmente, se añadió el sistema de combustible, que no estaba estipulado en el diseño original.
“Si todos estos cambios se hubiesen incluido en el diseño original, el costo de la obra hubiera sido inferior al que estamos pagando hoy”, expresó.
Ahora que la empresa brasileña comenzó a ejecutar los cambios requeridos por Tocumen, S.A., la constructora le solicitó negociar una adenda al contrato por $84 millones.
Fidanque III afirmó que el monto supera las proyecciones hechas por su administración, por lo cual pidieron la intervención de la Contraloría General.
Ayer, luego de sostener una reunión con Fidanque III, con quien había conversado la semana pasada en el Consejo de Gabinete, el contralor Federico Humbert recorrió la terminal sur o T2.
Humbert señaló que su entidad no negocia con ningún contratista del Estado y que le corresponderá a Tocumen hablar con la empresa para llegar a un acuerdo.
Sin embargo, destacó que “las cifras que hemos escuchado riñen con lo que nosotros pensamos que debe ser y le explicamos al gerente de Tocumen que cualquier cambio o adenda que se haga al contrato, primero debe ser refrendado por la Contraloría”, advirtió.
Durante el recorrido, Humbert señaló que parte de la función de la institución es velar que los avances de los proyectos correspondan con lo que el Estado ha pagado.
Agregó que el proyecto tiene un retraso de nueve meses, por lo que pidió a la empresa agilizar los trabajos y cumplir con los tiempos pactados.
La obra debía estar terminada en el primer trimestre de 2017, pero se estima que estará para finales de ese año.
Por el momento, Odebrecht no ha presentado, por escrito, el monto de la adenda y de acuerdo con Humbert las negociaciones con Tocumen deben iniciar esta semana.
Hasta enero de 2015, Tocumen, S.A. había pagado a la constructora $397 millones. Todos los desembolsos se hacen contra obra terminada y una vez se obtiene el refrendo de la Contraloría.
El año pasado, la administración de Tocumen firmó un préstamo bancario por $150 millones con tres entidades financieras para cubrir hasta este enero los pagos al contratista.
Para terminar de financiar la construcción de la nueva terminal, Tocumen tiene proyectado lanzar una emisión de bonos por $625 millones, deuda que se sumará a una primera emisión colocada entre 2012 y 2013 por $650 millones para financiar el plan de expansión.
De la primera emisión, solo $200 millones se destinaron para cubrir el costo de la T2. El resto de los fondos se utilizaron para cancelar otras deudas que mantenía la terminal aérea.