La primera invasión de visitantes asaltó ayer sábado la dOCUMENTA de Kassel (centro de Alemania), dispuesta a defender el título de mayor muestra de arte vanguardista del mundo con un programa de amplio recorrido que arranca en un búnker y se extiende más allá del límite de la ciudad.
Cualquier lugar es bueno para reflexionar o para evadirse de la crisis que atornilla al mundo: el búnker donde exponen la estadounidense Jennifer Allora, el cubano-puertorriqueño Guillermo Calzadilla y el afgano Aman Majodidi; o las terrazas ajardinadas sobre el refugio, donde lo hace el argentino Adrián Villar Rojas.
Para ingresar en el búnker hay que colocarse un casco protector, no se sabe si por seguridad o porque forma parte de la experiencia.
Dentro se respira un denso aire que traslada al visitante a Kabul, mientras en las terrazas exteriores retratan las ruinas de la civilización, entre ciervos abatidos.
En el itinerario, el búnker, los jardines y también los tradicionales espacios del museo Fridericianum o la Orangerie, y las nuevas incorporaciones al circuito: un convento, en las afueras de la ciudad, un sanatorio, una cárcel, así como un centro comercial de la zona peatonal y un edificio de oficinas vacío.
Así lo presentó Carolyn Christov-Bakargiev, comisaria de la dOCUMENTA.
