A través de un comunicado enviado por el arzobispado de Panamá, Ulloa señaló que delincuentes no identificados están enviando cartas a diversas empresas del país para solicitar fondos para obras sociales haciéndose pasar por representantes de la Iglesia católica.
"En los últimos meses, diferentes personas inescrupulosas, con engaño y mala fe, sin la debida autorización y buscando aprovecharse, han cometido actos tipificados como delitos en nuestra legislación penal, lo que ha motivado a la presentación de las denuncias respectivas a la autoridad competente", explica el documento firmado por Ulloa.
"Entre estos delitos está el falsificar firmas de párrocos, que son sacerdotes muy reconocidos por su trayectoria y compromiso social a favor de la comunidad. También se han presentado solicitando donaciones en calidad de sacerdotes, sin serlo, para confundir y sacar provecho de la buena voluntad del pueblo panameño", agrega.
Ulloa pide además a las empresas que tengan dudas sobre las personas a quienes entregan las colaboraciones en nombre de la Iglesia católica, llamar a la Curia metropolitana al 229-2963 y 261-0407.
La denuncia no precisa la cantidad de empresas ni la cantidad de dinero estafado.
En el reportaje titulado "Estafa de falsos sacerdotes", este diario reveló cómo desconocidos enviaban cartas a diversas empresas e incluso llegaron a falsificar los sellos de la parroquia San Pablo Apóstol, en La Locería. Para esa estafa, los delincuentes anexaban recetas médicas del Hospital del Niño.
Otro de los casos es que los solicitantes adjuntaban la cotización de un supermercado para pedir dinero para un supuesto comedor popular de la parroquia (que no existía). También en las cartas que entregan enseñan recortes de periódico con supuestas fotos de los enfermos que necesitan operaciones. “Conocedor de su sencillez humana y amor al prójimo, en nombre de esta humilde familia acudimos a usted a solicitarle un apoyo de esperanza para salvar la vida de la niña Ana Isabel por medio de esta operación”, se leía en una de las cartas entregadas a las empresas. Estas informaban también que las operaciones costarían entre 30 y 40 mil dólares.
Otro de los casos es que los solicitantes adjuntaban la cotización de un supermercado para pedir dinero para un supuesto comedor popular de la parroquia (que no existía). También en las cartas que entregan enseñan recortes de periódico con supuestas fotos de los enfermos que necesitan operaciones.
“Conocedor de su sencillez humana y amor al prójimo, en nombre de esta humilde familia acudimos a usted a solicitarle un apoyo de esperanza para salvar la vida de la niña Ana Isabel por medio de esta operación”, se leía en una de las cartas entregadas a las empresas. Estas informaban también que las operaciones costarían entre 30 y 40 mil dólares.
Para leer cómo operan estos estafadores haga click aquí.
