Juan Manuel Cedeño, además de pintor, fue muralista, dibujante, restaurador y docente. Reemplazó a Humberto Ivaldi como director de la Escuela Nacional de Pintura y fue profesor en la Universidad Nacional de Panamá.
Sobresalió eminentemente en la pintura de retratos y esto lo testimonian los cientos de cuadros que elaboró. Falleció en 1997.
De manera contemporánea, en las décadas del 40 y 50 del siglo XX, la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, localizada en Buenos Aires, República de Argentina, atrajo a varios panameños para que estudiaran en este centro educativo y perfeccionaran sus conocimientos artísticos. Nos referimos a Alfredo Sinclair, Juan Manuel Zabala, Ciro Salomón Oduber y Juan Bautista Jeanine, quienes ya no se encuentran entre nosotros físicamente. Todos estos artistas sobresalieron en el campo del arte nacional e internacional.
Alfredo Sinclair, en sus mejores momentos, se distinguió por sus cuadros que reflejaban un tema abstracto presentado con colores y tonos definidos y con ciertos aires y características místicas. Sus obras fueron exhibidas en numerosas exposiciones individuales. José Manuel Zabala elaboró un escaso número de excelentes cuadros porque al final decidió incursionar con muchos y buenos resultados en el dibujo y pintura comercial.
Ciro Salomón Oduber fue alumno de Roberto Lewis y de Humberto Ivaldi antes de viajar a estudiar a Argentina. De regreso a Panamá se dedicó a la docencia en la Escuela Nacional de Pintura, y junto con su esposa, Roser Muntañola Inglada, a quien conoció en Argentina, enseñó pintura en el Instituto Nacional. Eventualmente, ambos deciden radicarse en Barcelona, España, lugar donde fallecen. Oduber participó en varias exposiciones en Argentina, en la Universidad de Panamá, en el Club Unión y diversos salones en España. Muralista y autor de cuadros con temas abstractos de considerables méritos. Juan Bautista Jeanine también estudió con Roberto Lewis y Humberto Ivaldi. Además, atendió cursos de aprendizaje en escultura. Académico riguroso y de diversos temas. Dominó las técnicas del óleo, acuarela, témpera, dibujo.
Otros artistas prominentes en aquel entonces lo fueron Isaac Benítez y Eudoro Silvera. El primero hizo algunos estudios en Florencia, Italia. Practicó con la acuarela y el óleo y recibió elogios y encomios. El segundo se inició como estudiante en la Escuela Nacional de Pintura bajo la tutela de Roberto Lewis. Más tarde ingresó en Cooper Unión, ubicado en Nueva York, Estados Unidos. En esta ciudad presentó sus obras en varias exposiciones y lo mismo hizo en Panamá a su regreso. Silvera se convirtió en uno de los mejores caricaturistas en la historia del arte en Panamá.
De manera especial, menciono a Pablo Runyan. Poco conocido en Panamá por la razón de que la mayor parte de su vida artística la vivió en España, donde se hizo de reconocimientos y críticas singulares y notables.
En un poco más de medio siglo de vida independiente como República, nos hicimos de una rica historia del arte en general, lo cual era inexistente antes de 1903. Y subraya este hecho un hito importante y trascendental: La fundación y nacimiento del Instituto Panameño de Arte en el año 1962. Tiempo después esta institución se convierte en el prestigioso Museo de Arte Contemporáneo y promotor valioso en el desarrollo y apoyo de los artistas a través, principalmente, de exposiciones y programas educativos. Con cuadros elaborados en diferentes épocas, en este lugar encontramos la pinacoteca más voluminosa de la República de Panamá.
En la segunda mitad del siglo XX se triplica la población en Panamá y crece el número de artistas y el apego por el arte de parte de los que habitamos este país. Se establecen galerías en todas las ciudades importantes y se organiza una Bienal. En esta era, pintores como Jorge March, Julio Augusto Zachrisson, Rubén Villalaz, José María Núñez, Luis Aguilar Ponce, Mario Calvit, Teresa Icaza, Ida V. de Arias, Justo Arosemena, Antonio Alvarado, Adriano Herrerabarría, experimentan con diferentes técnicas y materiales acompañadas de mucho sentido de innovación.
Todo lo anterior escrito nos dice que en nuestra nación existe una cultura arraigada sólidamente en lo que se refiere a la pintura artística, la cual ha sido conformada y obtenida en menos de un siglo, comenzando en 1903. Percibimos que esto, en este siglo XXI que acaba de iniciarse, aumentará en la dirección del perfeccionamiento.