¿Cómo se sale del Parlacen?

¿Cómo se sale del Parlacen?
Ricardo Alberto y Luis Martinelli Linares fueron juramentados en el Parlacen.


La Ley 2 del 16 de mayo de 1994 fue el medio para que Panamá ratificara el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano (Parlacen). Este tratado dio pie para que a partir de 1999 Panamá tuviese el derecho a enviar 20 diputados principales y otros tantos suplentes al Parlacen.

Lo que pudo convertirse en un foro para incubar las buenas relaciones regionales, transferir conocimientos y experiencias, y formar a una nueva generación de políticos panameños, se convirtió en el paracaídas dorado de políticos que habían perdido su cargo.

Más temprano que tarde, la delegación panameña al Parlacen se convirtió en un grupo selecto de representantes de la clase política, algunos de los cuales mantenían asuntos pendientes con la justicia, por lo que el Parlacen fue bautizado como: “una cueva de ladrones”.

En la última semana, con la juramentación sorpresa de los hermanos Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares como diputados suplentes del Parlacen, y luego habilitados como diputados titulares por 48 horas para evitar la acción de la jueza Baloiza Marquínez en el caso Blue Apple, la opinión pública nacional hizo muy evidente su disgusto, y nuevamente la idea de salir del Parlacen se volvió tema de conversación.

Un Tratado patológico

El texto del Tratado Constitutivo del Parlacen en ninguno de sus 35 artículos explica cómo salir del acuerdo. Un principio fundamental de  las relaciones internacionales es que los países tienen derecho a priorizar sus propios intereses. Si los redactores del Tratado Constitutivo no querían que país alguno saliera huyendo del Parlacen, lo correcto para la diplomacia panameña  habría sido decir: “no gracias”.

Una vez ratificado el Tratado, y con la reforma constitucional del 2004 que estableció en Panamá el sistema de juzgamiento cruzado de diputados de la Asamblea Nacional (y del Parlacen), por los magistrados de la Corte Suprema y viceversa, la mesa de la impunidad estaba servida. El problema en sí no es el Parlacen si no el blindaje excesivo con que cuentan las diputadas y diputados panameños.

La salida es saliendo

De acuerdo con el jurista Alonso Illueca, la salida de Panamá del Parlacen no se puede hacer de la noche a la mañana; se requiere una combinación de esfuerzos diplomáticos y de una mayor conciencia política de la ciudadanía: “Tomando en consideración que se trata de una organización internacional con personería jurídica distinta a la de sus Estados miembros, y en base al precedente de 2009, sería ideal dotar a la nueva administración y a su Cancillería de un mandato popular para que ambas, en representación del Estado panameño, gestionen nuestro retiro del Parlacen”.

El internacionalista Illueca explica que el primer paso sería un plebiscito popular, en el cual obviamente la votación debería ser contundente para mandar un claro mensaje que los panameños y panameñas no quieren seguir siendo parte del Parlacen. Además, el jurista agrega que: “Partiendo de la base de que el Parlacen y el SICA – Sistema de Integración Centroamericana – descansan sobre pilares de democracia, derechos humanos y transparencia, tal ejercicio democrático dotaría de mayor legitimidad a la pretensión soberana de Panamá expresada en un ejercicio diplomático y jurídico.”.

Luego del plebiscito, que se podría realizar a través de una quinta papeleta en las elecciones generales de mayo de 2024, el esfuerzo para sacar a Panamá del Parlacen requerirá de una ardua tarea de negociación diplomática con cada uno de los otros cinco países que conforman el organismo: El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana. La salida de Panamá de este parlamento regional no debe ser entendida como una acción diplomática en contra de nuestros vecinos y socios cercanos, si no como una iniciativa de reforma de la clase política panameña.

Alonso Illueca nos recuerda que: “...sería esencial que la bancada electa de Panamá al Parlacen sea parte del proceso de salida pues tendrían una suerte de obligación de materializar la voluntad popular del pueblo panameño dentro del propio parlamento. Es decir, la bancada panameña empujaría la salida de Panamá del Parlacen en un período perentorio.”.

El resultado de este esfuerzo debería significar que para las elecciones del 2029, Panamá dejaría de tener a los 20 diputados del Parlacen. Ese sería un gran comienzo.


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