Piano, violín, partituras y melodías inmutables escritas hace más de 200 años. ¿Es este su concepto de música clásica? Entonces, tal vez le sorprenda saber que aún hoy se pueden escribir nuevas canciones de este género y que se puede incluir hasta guitarra eléctrica y percusión.
“Hay una cantidad increíble de compositores que han seguido explorando esa misma trayectoria pero dentro de todo el mundo sonoro del siglo XX”, explica Andrés Carrizo, fundador y organizador del festival de música clásica contemporánea MusicArte.
El festival, cuya segunda versión arranca hoy y se extiende hasta el 20 de junio, nació con la intención de abrir para los nuevos compositores todo un universo de sonidos.
“Mi motivación surge de mis primeras experiencias como adulto. Cuando salí del país me di cuenta que había gente que no solo me superaba, sino que lo hacía con creces. La música que oí me voló la mente”, recordó Carrizo en la presentación del festival organizado por Fundación Alemán Healy (FundAHrte).
Con una oferta que amplía, de tres conciertos en la primera versión en 2013 a seis, que se celebran en esta ocasión, y con clases maestras, así como ensayos abiertos a la apreciación del público, la actividad cultural busca sentar las bases para convertirse en el puente entre grupos reconocidos y nuevos compositores, según Carmen Alemán Healy, presidenta de FundAHrte.
“Soñamos con un MusicArte que duré 20 años, como lo ha hecho la bienal Centroamericana”, dijo.
Música clásica y contemporánea
Ensayos, ideas nuevas, experiencias compartidas. Los músicos empiezan a experimentar en un laboratorio de melodías y de encuentros, en la segunda versión del festival de música clásica contemporánea MusicArte.
Atrás quedaron los temores del pianista y compositor panameño Andrés Carrizo, de que en Panamá el festival fuera visto como algo esotérico y reservado para un público muy erudito.
“Temíamos que no viniera nadie, pero la voz se regó y vinieron personajes no solo que yo conocía del ámbito, sino también personas que yo no había conocido, que se interesaban. Así se va creando conciencia”, comenta el organizador del festival.
En la primera versión, celebrada en 2013, se confirmaron tres puntos, asegura Carrizo: que hay un público, que el festival es efectivo y que hay una apreciación estética por parte del público.
Es por eso que se amplió la agenda de conciertos, así como las sedes.
La actividad ya no se centra en la Universidad de Panamá, en donde se desarrollarán clases maestras; también habrá clases en el Conservatorio Nacional de Música y la Fundación Danilo Pérez.
“Estamos trayendo a grupos de cámara especializados de Estados Unidos y compositores latinoamericanos de diferentes partes del continente y reuniéndolos en Panamá para que trabajen juntos”, dice Carrizo.
La intención es que intérpretes y compositores nuevos descubran cómo se trabaja una canción en conjunto, desde cero. Las personas que quieran presenciar tanto las clases maestras como los ensayos de los grupos invitados tendrán la libertad para hacerlo.
Quienes lo hicieron descubrieron que había posibilidades ilimitadas para hacer sonar el violín, por ejemplo, una experiencia que podrán vivir con los grupos SoundScape Trío, Esemble Dal Niente y Alia Música, en los ensayos abiertos que se desarrollan a partir de hoy en Casa del Soldado, el teatro Anita Villalaz y Fundación Danilo Pérez.
En cuanto a los conciertos, tendrán lugar a partir del jueves, cuando se presente de forma gratuita Nathanael May, en el hotel Tryp de Albrook. Otras sedes son el Museo de Arte Contemporáneo, Danilo’s Jazz Club, Teatro Amador, la Alianza Francesa y el teatro Anita Villalaz.
Sonidos de siglo XX
Más de una decena de compositores internacionales y panameños se suman a la fiesta de la música clásica contemporánea. Las obras de Iván Knees, Federico Llach, Roberto Azaretto, Ricardo Durán, Luis Ernesto Gómez y Diego Taranto son las invitadas para esta ocasión.
En el festival también participarán autores panameños, como Emiliano Pardo Tristán, Jorge Bennett, Ricardo Risco, Samuel Robles y Heriberto Pinzón, compositor joven que en la versión anterior trabajó como voluntario y el 20 de junio cerrará el festival con un concierto compuesto por él.
El argentino Valentín Pelisch también tendrá su propio concierto, luego de haber sido participante.
“Primero que todo su música es bellísima, pero además lo que hace mucho es escenificar la música”, comenta Carrizo. El concierto de Pelisch está diseñado para ser ejecutado en la Alianza Francesa y contará con siete músicos panameños, un ensemble mixto de guitarra eléctrica, batería y saxofón, así como con la actuación de Winnie Sittón.
Además, el propio Carrizo tendrá dos participaciones, una en el concierto del 11 de junio y otra el día 20, junto a Dal Niente y Carlos Méndez, cuando presente un arreglo que trabajaron juntos.
¿Cambia en algo la percepción que se tiene de la música clásica? Carrizo quiere pensar que el proceso avanza: “Hay tanta percepción arraigada a la música clásica que cambiarla toma tiempo y es cuestión de exponerla al público e ir proyectando el festival a diferentes partes de la sociedad y crear esa conciencia. Ese es nuestro norte”.