Las prácticas ancestrales que ayudan a combatir la crisis alimentaria en el Triángulo Norte



Generar conciencia, evitar la agricultura migratoria y recuperar las prácticas ancestrales son claves para reducir la inseguridad alimentaria en El Salvador, Guatemala y Honduras, el conocido Triángulo Norte de Centroamérica, donde 7,3 millones de personas están en crisis de alimentos por los altos precios, la pobreza y la sequía.

El gerente de Medios de Vida de la ONG Visión Mundial en Honduras, Marco Domínguez, dijo este miércoles a EFE que no se puede desconocer que los tres países centroamericanos enfrentan problemas de inseguridad alimentaria por la pérdida de cultivos de granos básicos y hortalizas, lo que obliga a muchos a migrar.

Por ello, resaltó la importancia de crear una “conciencia ambiental” sobre todo en las futuras generaciones y evitar la “agricultura migratoria” para proteger los recursos naturales y mitigar los efectos de la crisis climática.

Las prácticas ancestrales que ayudan a combatir la crisis alimentaria en el Triángulo Norte
Un hombre corta granos de maíz para elaborar alimentos en la aldea Santa Elena, en el departamento de Francisco Morazán (Honduras). EFE/ Gustavo Amador

Alrededor de 7,3 millones de personas de los países del Triángulo Norte se encuentran en una crisis o emergencia de inseguridad alimentaria, según datos del informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).

Prácticas culturales y agrícolas ancestrales

Domínguez indicó que los gobiernos y organizaciones humanitarias trabajan en potenciar “las buenas prácticas agrícolas” y destacó que el daño ambiental causado por los incendios forestales ha reducido el caudal de muchas fuentes de agua.

Los incendios “de una u otra forma escasean el agua, por lo que hay un problema de escasez de agua en esos territorios y lo poco que se produce básicamente es para consumo”, subrayó.

La situación en el Triángulo Norte centroamericano se mantiene, pese a la inversión millonaria destinada por los gobiernos y organizaciones humanitarias a reducir el número de personas en inseguridad alimentaria, lamentó.

Las prácticas ancestrales que ayudan a combatir la crisis alimentaria en el Triángulo Norte
Una mujer hierve mazorcas de maíz para su venta en la aldea Santa Elena, hoy en el departamento de Francisco Morazán (Honduras). EFE/Gustavo Amador

“Los expertos creen que probablemente no estamos atacando el problema de raíz y no estamos viendo la óptica de poder rescatar algunas prácticas culturales que tienen los productores y que les han permitido tener variedades (de cultivos) resistentes a la sequía”, explicó.

En su opinión, es necesario “recuperar las prácticas culturales ancestrales” para mitigar los efectos del cambio climático, además de crear distritos de riego para los cultivos y así garantizar que las familias siempre tengan alimentos.

El Triángulo Norte debe ser “una zona de interés nacional” para atender el problema de “forma integral” y lograr comunidades “resilientes y más saludables”, y que las familias pasen de tener cultivos de subsistencia a generar ingresos.

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Un hombre calienta tortillas de maíz para alimentarse, en la aldea Santa Elena, en el departamento de Francisco Morazán (Honduras).


Las cooperativas, un aliado clave en lucha contra el hambre

El subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, dijo en la víspera en Honduras que las cooperativas son un “aliado clave” en la lucha contra el hambre.

En la XXIII Conferencia Regional de Cooperativas de las Américas, celebrada en Honduras, Lubetkin señaló que las cooperativas van a desempeñar un rol fundamental en garantizar la seguridad alimentaria en las próximas décadas.

“Las cooperativas son un aliado clave en la lucha contra el hambre y constituyen un factor fundamental en la inclusión de la agricultura familiar a lo largo de la cadena agroalimentaria”, subrayó.

Las prácticas ancestrales que ayudan a combatir la crisis alimentaria en el Triángulo Norte
El maíz es uno de los alimentos ancestrales en Honduras y Centroamérica. EFE

Destacó la importancia de fortalecer los mecanismos y marcos institucionales que contribuyan a “los procesos de asociatividad e identidad cooperativa en áreas claves para alcanzar el desarrollo sostenible bajo un enfoque de igualdad e inclusión”.

Lubetkin indicó que es necesario generar “sinergias que permitan multiplicar impactos” y promover “alianzas sólidas” a través de la cooperación sur-sur y triangular.

“Nunca la seguridad alimentaria estuvo al centro de las agendas técnicas y políticas como lo está ahora y las cooperativas tienen un rol esencial para contribuir en los esfuerzos para lograr sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”, acotó.


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