Alonso Cueto y las deudas pendientes en el Perú

Alonso Cueto y las deudas pendientes en el Perú


El Club (Chile), El Clan (Argentina), El abrazo de la serpiente (Colombia) y Magallanes (Perú) demostraron en 2015 que el cine latinoamericano tiene un peso importante dentro del séptimo arte mundial.

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Las cuatro son dramas que denuncian el atropello a los derechos humanos de los sectores más vulnerables del continente y sobre cómo la justicia todavía no atrapa a todos los culpables que los violan día tras día.

Por ejemplo, Magallanes es acerca de la tarea pendiente que hay en Perú con las víctimas que dejó tras de sí la violencia orquestada tanto por el gobierno de Alberto Fujimori como del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Magallanes cuenta la historia de una mujer que fue secuestrada y violada por militares peruanos. Cinco lustros después, uno de sus captores, ahora un chofer de taxi, la recoge un día y para ambos, de formas distintas, regresan aquellos días aciagos.

Magallanes fue el debut detrás de las cámaras de Salvador del Solar, quien a su vez adaptó para la pantalla grande la novela La pasajera, del escritor peruano Alonso Cueto, uno de los invitados a la XII Feria Internacional del Libro de Panamá, que arranca este martes 16 de agosto en el centro de convenciones Atlapa.

Tanto La pasajera como su versión cinematográfica Magallanes hablan sobre los crímenes durante la sombría época de Sendero Luminoso, que en palabras de Alonso Cueto “no fue solo un fenómeno político o militar sino también un fenómeno social. Para que surja un movimiento de ese tipo, la sociedad tiene que haber tenido muchas brechas y divisiones que se han cultivado durante muchos años”.

Cueto explica que cada hombre y mujer que viven en una sociedad “son responsables de crear un ambiente de convivencia, desde la forma como uno conduce en las calles, hasta la protesta ante las injusticias y violencia. Nadie vive aislado, puesto que desde nuestro nacimiento somos producto de la voluntad de otros”.

Tanto la pieza literaria como el largometraje también dejan en evidencia las deudas sociales pendientes.

Cueto se siente feliz porque se logró establecer en Perú una Comisión de la Verdad que “exploró los casos con gran criterio y objetividad. Sabemos gracias a ellos de casos increíbles, como el de una mujer que fue violada ocho veces por diferentes soldados y que salió embarazada como consecuencia. Hizo la declaración en la Comisión al lado de su hija, que solo en ese momento se enteró de su origen. No ha habido una reparación total, pero sí la habido hasta cierto punto, y lo más importante, es que se han conocido muchas de estas historias”.

Sobre si el expresidente Alberto Fujimori, quien actualmente está en prisión, merece algún tipo de perdón, responde que los “crímenes de Fujimori incluyen el robo, la complicidad en el asesinato de muchos y la corrupción generalizada. No creo que deba ser indultado”.

‘Queremos hacer el bien con otros para ayudarnos a nosotros mismos’, plantea el novelista peruano Alonso Cueto.



LOS TRAUMAS NO DEBEN SER OLVIDADOS

Alonso Cueto presentará en la XII Feria Internacional del Libro de Panamá su nueva novela, La viajera del viento (Planeta), el miércoles 17 de agosto, a las 6:00 p.m., en el Salón Trenzado-Lagunilla, del centro de convenciones Atlapa.

Tanto La viajera del viento como La pasajera (Planeta) abordan la importancia de mantener despierta la memoria histórica. “El Perú ha progresado mucho en este aspecto, pues creo que es más consciente de la riqueza de su historia antigua y de los problemas de su historia reciente. Muchos dicen que el tema de Sendero Luminoso se ha terminado, pero aún se siguen descubriendo cadáveres en fosas comunes y surgen nuevos testimonios. Es un tema que seguirá con nosotros. Las sociedades no deben olvidar sus traumas sino lidiar con ellas”.

-La pasajera evidencia que falta mucho por hacer en América Latina para darle el valor justo a las identidades culturales autóctonas.

Nuestras culturas autóctonas y su mestizaje colonial son el centro de la identidad que hemos aportado al mundo. Si nos reconocen en otras partes, es por esas culturas aborígenes. Ellas son, por lo tanto, la estructura esencial de nuestras sociedades. No reconocerlo es no reconocernos a nosotros mismos.

-El taxista de La pasajera tiene una doblez interesante. Participó de un evento lamentable, aunque no fue quien lo ordenó.

Sí, tiene una culpa que comparte y por eso planea hacer algo con el coronel que dio la orden para remediar el pasado. El problema es que no tiene cómo hacerlo y además se da cuenta de que Delia (la chica que fue violada) no lo acepta. Pero en realidad está buscando ayudarla, no solo por ella, sino por él. Los actos de nobleza que buscamos no solo gratifican a otra persona sino a nosotros mismos. Eso es algo que podemos sentir todos en nuestras vidas. Queremos hacer el bien con otros para ayudarnos a nosotros mismos.

Alonso Cueto es autor de obras como ‘La batalla del pasado’, ‘El tigre blanco’, ‘Amores de invierno’ y ‘El vuelo de la ceniza’, entre otros títulos.





-El 70% de las mujeres violadas sexualmente en Perú en 2014 eran menores de 18 años. Algo que experimentó el personaje femenino de La pasajera. ¿Cómo se enfrenta esta realidad?

Con suma atención a los casos individuales y con sanciones durísimas para los responsables. Por otro lado, a largo plazo, con un desarrollo de la prevención y la educación. Esta es una de las formas más comunes de la violencia que se respira en muchos aspectos.

-No ayuda a la situación declaraciones como las del cardenal peruano Juan Luis Cipriani, quien hace unos días dijo en relación con las violaciones sexuales que ocurren porque “la mujer se pone en un escaparate provocando”.

Son declaraciones totalmente desatinadas de una persona que representa muy mal el espíritu católico. No son las primeras ni serán las últimas barbaridades que diga alguien como él.

NUEVO MANDATARIO

-¿Qué expectativas tiene del actual presidente, Pedro Pablo Kuczynski?

Las mejores. Es un outsider, porque no es un político tradicional. Es un tecnócrata que ha logrado convencer a la gente de que dice la verdad, algo muy difícil para una persona involucrada en la política. Además tiene una formación profesional y una preparación en diversos campos. No en balde ha anunciado cursos obligatorios de arte, música y educación cívica en el colegio. Creo que nunca hemos tenido un presidente que sea capaz de tocar un concierto para flauta de Mozart. Pocos han sabido quién es Mozart, en realidad.

 

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