La mejor formación periodística que recibió la reportera colombiana Luzángela Arteaga no la obtuvo necesariamente al asistir a la universidad, ni en el ajetreo de una sala de redacción, sino al colaborar por tres años con el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
Un día le propusieron que si quería ayudar a Gabo en la investigación que dio como resultado el libro Noticia de un secuestro, un largo reportaje publicado en 1996 y que se concentraba en una de las épocas más sombrías de su país: cuando en la década de 1990 el narcoterrorismo orquestado por Los Extraditables secuestró a más de un político, periodista, empresario, funcionario público y cuanta persona ellos consideraban que afectaba a su negocio ilícito de las drogas.
Esta obra sigue, paso a paso, a un grupo de hombres y mujeres que fueron secuestrados por Pablo Escobar Gaviria, amo y señor del Cartel de Medellín, así como los esfuerzos de sus familiares por tratar de rescatarlos de las fauces de una posible muerte.
Ese tiempo trabajando con Gabo, generalmente lo hizo desde la distancia y la cercanía que daba hablar por horas con él por medio de un teléfono, porque por ese tiempo el escritor residía en México DF y solo ocasionalmente venía a su patria.
Desde que visitó por primera vez a Gabo en Cartagena de Indias, en un apartamento de un blanco impecable y con vista al mar, Arteaga supo que este empleo sería un momento único que iba a tener en su existencia.
Ser los ojos y los oídos de Gabo en Colombia lo considera el taller más extraordinario que un comunicador social puede recibir en su carrera profesional. Siempre se sintió como la única y privilegiada estudiante de un curso intensivo sobre confirmación de hechos y su guía y mentor era nada menos que el autor de la novela Cien años de soledad.
Arteaga, quien fuera reportera de Caracol Radio, participó en la mesa redonda “Detrás de Noticia de un secuestro”, en el marco del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, en compañía de Maruja Pachón (Colombia), María Jimena Duzán (Colombia), Juan Cruz (España) y como moderador Rodrigo Pardo (Colombia), un evento ocurrido en el Salón Restrepo del Jardín Botánico de la ciudad colombiana de Medellín.
UN LARGO REPORTAJE
L misión de Luzángela Restrepo fue pasar horas en las hemerotecas y en los archivos de los principales diarios y estaciones de radio de Colombia, para buscar hasta el más mínimo dato, para que luego todo lo que apareciera en Noticias de un secuestro, de Gabriel García Márquez, fuera cierto.
Esa operación investigativa, que hacía los siete días de la semana, también consistió en extensas entrevistas que les hizo a individuos que, por distintas razones, fueron protagonistas de ese terrible período en Colombia donde reinaron las amenazas, el miedo y la muerte.
A la par que Arteaga estaba en esas faenas, Gabo entrevistaba en México D.F., París, Barcelona, Bogotá y Cartagena de Indias a más de 50 secuestrados que lograron salir con vida de ese trance del destino.
Arteaga aprendió en esta labor el valor de la exactitud y de lo preciso, de cómo la verdad sí se puede alcanzar, de cómo un acontecimiento tiene más de una mirada, todo para que cuando el lector nadara por las páginas de Noticias de un secuestro se sintiera testigo directo de un hecho triste que fue moneda corriente en aquella Colombia secuestrada por los malhechores.Su labor fue incansable y abarcadora en una década de 1990 en la que no existía ese universo de conocimientos que es internet, por lo que todo lo que averiguó lo hizo como se llevaba a cabo la tarea de husmear en la vieja escuela de la reportería: preguntando a funcionarios del gobierno y a los testigos directos del secuestro, así como leyendo y escuchando en bibliotecas los reportes que hacían los periódicos y las radios colombianas de entonces, y pidiendo informes a los estamentos del Estado, documentos que muchas veces no llegaban a sus manos por considerarse de alta confidencialidad.
OTROS PERSONAJES
En la mesa redonda “Detras de Noticias de un secuestro” también participaron Maruja Pachón, uno de los personajes principales de la obra de Gabo y que en la década de 1990 era directora general de la Compañía de Fomento Cinematográfico y una de las secuestradas.
También compartieron sus recuerdos la periodista María Jimena Duzán, que cubrió aquellos años aciagos en periódicos como El Tiempo y El Espectador, y Juan Cruz, un periodista español que fue amigo personal de Gabo.
Pachón resaltó que hablar con Gabo sobre sus días de secuestro fue su forma de pasar la página a ese capítulo traumático, pues luego decidió no hablar más del tema, algo que sí hicieron otras víctimas que no fueran capaces de seguir adelante después de la tragedia vivida.
La que fue cuñada del político y abogado Luis Carlos Galán, asesinado por los narcotraficantes, y que conoció a Gabo mucho antes de los sucesos, confirmó que todo lo que aparece en Noticias de un secuestro es cierto, que Gabo la entrevistó en varias ocasiones y eran conversas muy minuciosas.
Comentó que Gabo, para saber si Pachón había omitido algo o había olvidado algún detalle, le preguntaba a otros secuestrados y con estos hacía lo mismo. Y afirmó que no ocultó nada de lo que le ocurrió durante su encierro impuesto, pues no tendría sentido callar la verdad.
Por su parte, María Jimena Duzán resaltó que echa mucho de menos a García Márquez, en especial esta semana, pues Gabo fue uno de los mayores artífices del proceso de paz y lamentó que no esté vivo para ver la jornada del plesbicito de mañana domingo sobre decirle sí o no a las negociaciones entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Para Duzán, Noticias de un secuestro fue el vehículo para que Gabo se reconciliara con una Colombia que le era ajena, y fue el puente para que él volviera con más frecuencia a su tierra.
Le parece increíble a Duzán que ese libro se leyera como no ficción en Colombia, un país que dice que en sus libros escolares de historia todavía no plantean esos años con la seriedad que se merece, y que en el extranjero el lector pensara que se trataba solo de una novela bien documentada.
Además, para Duzán es infundado que Gabo fuera pro Escobar Gaviria, lo que sí le interesaba era cómo el poder podía ser tan destructivo. Confesó que en más de una ocasión Gabo le dijo que deseaba escribir una novela sobre este delincuente, pero que siempre se le atravesaba el argumento de otra pieza narrativa y lo fue postergando hasta que nunca lo hizo.
Para Juan Cruz, Noticias de un secuestro fue el aporte ciudadano de un periodista responsable.
Cruz definió esta obra como el ejemplo perfecto del rigor que debe existir en el oficio periodístico y que además es una muestra que un hecho se debe cubrir desde todos los ángulos.
El adjunto a la dirección del diario español El País añadió que el contenido de este libro también es un recordatorio de aquellos años, dramáticos y violentos, para que no se vuelvan a repetir en Colombia, y es una prueba de cómo el mal, representado en las acciones de Pablo Escobar Gaviria puede arrinconar al bien. Y felicitó a los colombianos por asistir mañana a las urnas y votar por lo que consideren es lo mejor para las generaciones futuras.