'Días extraños': emociones desbordadas

'Días extraños': emociones desbordadas
'Días extraños': emociones desbordadas


Un taller de final de carrera dado por Rodrigo Moreno y Juan Villegas en la Universidad del Cine de Argentina fue el comienzo de lo que después se convirtió en la película Días extraños.

Luego, Moreno y Villegas serían los productores de este drama sobre dos jóvenes colombianos que residen en una Buenos Aires en blanco y negro y que dirige Juan Sebastián Quebrada (Medellín, Colombia).

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Comparte Quebrada que Días extraños surgió "de una manera atípica. Se inició siendo unos pequeños ejercicios prácticos para dicho taller. Lo interesante de este formato fue encontrar la película en el hacer, que las mismas imágenes nos mostraran el camino, y así, en lugar de pasar muchos meses escribiendo un guion, hacíamos una escena y luego la veíamos todos, y poco a poco vimos nacer unos personajes, vimos un universo que se trazaba, y también un planteo estético, y en el momento que encontramos esas coordenadas decidimos hacer una película".

“Tenía un temor propio de un director colombiano de que mis personajes fueran como sacados de una telenovela. Sobre todo por el timbre de voz y por las emociones tan desbordadas de mis personajes, así que el blanco y negro fue una manera de generar distancia, y romper con el estereotipo de nuestros países tropicales con colores saturados”, explica sobre Días extraños, que dentro del Festival Internacional de Cine de Panamá  (IFF Panamá) se proyectará el 8 de abril, a las 9:45 p.m., en la Sala 5 de Cinépolis Multiplaza y repite el domingo 10 de abril, a las 7:30 p.m., en el teatro Anita Villalaz (San Felipe).

Además, considera que el blanco y negro, en términos estéticos, funciona “como negación o deformación de la realidad en Días extraños, tanto la construcción de los espacios urbanos como el blanco y negro generan un extrañamiento que en momentos parece que esos espacios solo lo pueden transitar ellos, son propios”.



LA REALIDAD

Opina que en Latinoamérica “aún hay una gran dependencia frente a la realidad. Si haces un policial en Bogotá, las lecturas no serán a partir del género, sino de la realidad de nuestro contexto”.

Por eso, para el también guionista fue importante deformar Buenos Aires con la puesta en escena y con el blanco y negro, “y así intentar hablar de algo distinto a la realidad, o al menos generar nuevas lecturas de ella, pero a partir de la deformación o exacerbación”.

Su película presenta una Argentina poco turística. “Cuando un extranjero llega a habitar un nuevo espacio, se arma un micromundo en el que le sea más fácil transitar. Yo buscaba representar la ciudad que lograron construir mis personajes, en parte como una proyección de sus vidas”.

Hay dos personajes colombianos, un chino y una uruguaya en Días extraños. “Es una prueba de que en un mismo espacio coexisten vidas muy disímiles. El mundo de estos extranjeros no tiene nada que ver con la vida de los porteños, pero son sus vecinos. Es prueba de la imposibilidad de integrarse en la nueva cultura, pues la presencia de diferentes nacionalidades solo pretendía subrayar la ausencia de argentinos. El cine argentino cada vez le da más la voz a los extranjeros, es un proceso lento, pero es una consecuencia de la gran cantidad de extranjeros que viven en Buenos Aires y que estudian cine u otra carrera artística”.

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