Justo Arroyo presenta dos obras en la Feria del Libro

Justo Arroyo presenta dos obras en la Feria del Libro
Justo Arroyo presenta dos obras en la Feria del Libro


Hay libros que merecen ser rescatados cuantas veces sean necesarias. Porque las historias que cuentan aplican un principio indiscutible de toda buena literatura mundial: dejar al desnudo una realidad que necesita ser conocida, lo quieran o no los afectados o los responsables.

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Por eso, los lectores deben celebrar que la soberbia novela Vida que olvida, del escritor nacional Justo Arroyo, reciba un segundo aire.

Sí, esta obra será presentada por Penguin Random House en la XII Feria Internacional del Libro de Panamá, para mayores señas, el miércoles 17 de agosto a las 5:00 p.m., en el Salón Boquete del centro de convenciones Atlapa.

“Considero un honor que  Vida que olvida  forme parte de Penguin Random House, sin duda una de la editoriales más prestigiosas y que adquirió los derechos de Alfaguara”, señaló el autor.

También en este evento ferial habrá otra pieza de Justo Arroyo. Se trata de su novela Sin principio ni fin, por la Editorial Uruk, de Costa Rica, que se presentará el jueves 18 de agosto, a las 8:00 p.m., en el Salón Trenzado-Lagunilla, en una actividad en la que también estarán libros de Carolina Fonseca y Enrique Jaramillo-Levi, publicados por la misma editorial costarricense.

La trama de ‘Vida que olvida’ es una invitación para hablar con Justo Arroyo sobre el devenir de la provincia de Colón.



COLÓN VISTO POR UN ESCRITOR

Justo Arroyo explica que su novela Vida que olvida  es “una exploración acerca de los orígenes de Panamá como república, desde la óptica de un joven abogado colombiano a quien le sorprende la independencia. Su largo proceso de aceptación, agravado por la problemática de sus tres hijas y de su esposa, constituyen los ejes sobre los cuales gira la historia”.

Sobre el proceso de investigación, “fueron años difíciles debido a la indolencia como se tratan los archivos y documentos nacionales. Felizmente conté con un historiador como Max Salabarría Patino, quien con su lucidez y sapiencia se constituyó en mi Virgilio”.

¿Se le ha dado su lugar a Pedro Prestán?

Panamá tiene una gran deuda con Pedro Prestán, tanto en lo literario como en lo histórico. Su vida debe ser materia de estudio como paradigma de entereza. Se trata de uno de los personajes más fascinantes que han existido. Su coraje, temple e hidalguía, en lucha con un signo trágico lo convierten en un auténtico héroe.

¿Colón ha sido bien tratada en la literatura?

Colón siempre ha sido una fuente de inspiración, tanto para los nacionales como para los extranjeros. Es una ciudad poética y novelable, aunque en deuda con el aporte de escritores afroantillanos como Carlos Wilson y Carlos Russell.

¿Los políticos han ayudado lo suficiente a Colón?

Colón languidece ante la apatía de las sucesivas burocracias. Una ciudad que logró una explosión cultural y económica para declinar como sucede actualmente merece una revisión en serio. Pero para ello se necesitan estadistas, no politicastros.

Entre sus obras destacan ‘La gayola’, ‘Dejando atrás al hombre de celofán’ y ‘El pez y el segundo’, entre otras.



¿Qué recuerdos tiene del Colón de su niñez?

Son recuerdos de una ciudad vibrante, mágica, con la confluencia de personajes provenientes de todas partes del mundo. La presencia de puertos y transatlánticos al alcance de las manos produce perspectivas singulares.

¿Cuáles son los principales retos del Colón de hoy?

Es necesario el estímulo cultural, la rigidez sanitaria, la dimensión de bibliotecas y galerías, la puesta al día de sus atractivos naturales e históricos, su cocina, tradiciones, y el rescate de un señorío que le dio a la ciudad su dignidad.

Hubo una época en que capitalinos e interioranos asistían a Colón para hacer turismo interno, para apreciar a sus boxeadores campeones, es cierto, pero también a sus extraordinarios pintores.

-¿La discriminación que plantea la novela es materia saldada en Panamá?

Estamos muy lejos de saldar la cuestión racial, por más que las buenas conciencias opinen lo contrario. Todavía persiste la discriminación, y con las excepciones que confirman la regla, considero que se trata de una falla inherente a la humanidad, atavismos propios de su ADN que solo la evolución erradicará definitivamente.

¿Cómo anda Panamá en materia de corrupción?

La corrupción nació con la república, y los sucesivos gobiernos han mirado poco por el bienestar del pueblo, siendo su meta principal el enriquecimiento masivo.

Entre la ‘patria boba’ y el ‘juega vivo’ el país ha sobrevivido gracias a una inteligencia nacional que de alguna manera ha logrado trascender estos atracos de dimensiones siderales.

Últimamente, y luego del orgasmo delictivo del gobierno anterior, se ha notado un interés por someter a la justicia a los depredadores, aunque desmoraliza ver la facilidad como se castiga a los ladrones con insultantes penas de ‘país por cárcel’, lo que termina por equipar a todos, delincuentes y honrados, al tiempo que las fortunas ilícitas siguen engordando con la complicidad de bancos y cuentas ‘off shore’, como lo prueban los tristemente famosos “Papeles de Panamá”.

 

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