Antonio Méndez Esparza reside en Florida, en la ciudad de Tallahassee, así que filmó en casa cuando dirigió y escribió la película Life & Nothing More (La vida y nada más).
“Eso para mí es muy importante. Me da la oportunidad de acercarme a la historia que quiero retratar. Me da tiempo para divagar, para explorar”, comenta quien debutó con el largometraje Aquí y allá (2012).
Los fondos fueron a través de Pedro Hernández, productor de Aquí y Allí Films, que consiguió financiar su segundo filme, el que se presentará en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá) el 6 (7:00 p.m.) y 7 de abril (3:00 p.m)., ambas en la Sala 8 de Cinépolis Multiplaza.
"En ambas películas, hemos tenido una estructura parecida. Al principio varios apoyos de instituciones americanas, y posteriormente, una vez acabada la película han entrado los fondos españoles. Es decir, el productor, hay un momento en que corre con un riesgo enorme. De ahí mi enorme aprecio a su trabajo", comenta el realizador.
Realidad
Life & Nothing More es una mirada al devenir del afrodescendiente en Florida, un retrato que no parece sacado de esos catálogos retocados que hacen creer que el estado donde reside Mickey Mouse carece de problemas sociales.
“Una de las claves al afrontar la película, era hacer un retrato de las desigualdes en la comunidad en la que vivo. Y acercarme a la clase trabajadora. La película es un paso en esa dirección, de acercarme a una historia que no me pertenece, y escuchar testimonios, y contar una historia”, agrega.
Estados Unidos experimenta en la actualidad “un proceso de poca movilidad social que quería mostrar. El sueño americano existe, es un país con posibilidades, pero, ¿cuáles son? La película creo que reflexiona sobre el contexto que sufre una parte de la población”.
Búsqueda
Su abordaje se tradujo en un proceso de casting de casi dos años, “que no son pruebas con escenas, si no extensas conversaciones, donde es chuco y se establece un diálogo. Ese casting, que también incluye una fase de investigación, en cortes, escuelas, oficinas de abogados, es donde el mundo comienza a tener cierta dosis de realismo. Pero solamente ese realismo adquiere cierta forma cuando los actores y los no actores aparecen en la pantalla”.
Para Antonio Méndez Esparza fue maravilloso trabajar con actores profesionales y no profesionales. “La única forma de que yo pudiera acercarme a una historia como la de esta película, que de algún modo no me pertenece, es que debo escuchar para tratar de contar. Ellos son lo que de verdad son los protagonistas de la película”.
Ser extranjero narrando en términos visuales el diario vivir de sus personajes estadounidenses le permitió entender los conflictos de sus seres de ficción.
“Me brindó la oportunidad de acercarme poco a poco. Y de ese interés y esa voluntad surge una historia, que va muy unida a todo lo que vayan aportando las personas que entrevisto y que más tarde forman parte de la película”, comenta quien tiene una maestría en cinematografía de la Universidad de Columbia, Nueva York.
Rodar en Florida y hablar de ella fue un proceso satisfactorio. “Nos dieron todas las facilidades. Soy profesor de cine en la Universidad Estatal de Florida, y la escuela tiene una gran reputación. Así que todas las autoridades locales, la gente, apoyo de todas las maneras posibles la película. Hubiera sido imposible de otra manera. El cast fue maravilloso, y los actores principales se entregaron por completo al proyecto. Creo que esa voluntad de compartir historias, y el hecho de que la comunidad vio la oportunidad en la película de tratar temas universales, y que además les eran muy cercanos, fue lo que hizo que la gente fuera tan generosa en compartir historias que de alguna manera traté de recoger en la película”.
Distinciones
La hoja de vida fílmica del realizador Antonio Méndez Esparza (Madrid, España) incluye el drama sobre inmigración Aquí y Allá (2012), ganadora del premio Semaine de la Critique en el Festival Internacional de Cine de Cannes, y además nominada a los premios Gotham en la categoría de mejor nuevo director.
Después vino el drama familiar La vida y nada más (2017), vencedora del premio FIPRESCI del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el John Cassavetes de los premios Independent Spirit.