-“Papá, se murió la princesa Leia”, me dice llorando, por teléfono, mi hijo Diego, de 10 años, cinéfilo como pocos.
-“Sí, hijo. Es una pena”, a duras penas le dije de vuelta.
-“¿Qué hacemos ahora con nuestras vidas?”, me pregunta desconsolado este fan incondicional de Star Wars.
No supe qué responder a tamaña pregunta. Las palabras, justas y precisas, escasean cuando los hechos son tan contundentes y la muerte de Carrie Fisher era uno de esos momentos. A lo sumo alcancé a comentarle: “Nadie debe morir a los 60 años, hijo. Ella estaba tan joven”.
Sí, millones de espectadores como Diego están en estos momentos igual de devastados, perdidos y de duelo, entre los que me incluyo, pues soy admirador de la saga galáctica desde que vi Star Wars en 1977 en uno de los cines Obarrio, una sala hoy desaparecida en la ciudad capital como otros míticos espacios cinematográficos como el Ópera, Lux o el Bella Vista. Cualquier amante del cine, la televisión y los videojuegos ha disfrutado de las aventuras de Han Solo, Luke Skywalker y la princesa Leia. El fallecimiento hoy de esta actriz es, de alguna manera, como el fin de la inocencia para muchos de nosotros; es como terminar una etapa. Además, una de las tantas maravillas del cine en general, y de Star Wars en particular, es que unió a varias generaciones. Más de un padre le pasó el amor por la Fuerza a su hijo, y de seguro ese hijo cuando sea padre hará lo mismo.
-“Casi me muero cuando me enteré. Casi me da un paro. Van a tener que matarla”, me responde acongojado Diego, y agrega con una sentencia: “Terminará muriéndose en la siguiente Star Wars”.
-“Así es. Deben hacer un cambio de planes con los siguientes guiones, por lo menos en la película de 2017. Debió hacer varias escenas, entonces las incluirán y deberán anunciar su muerte, de alguna manera, dentro del argumento”, le contesté.
Sí, Diego tiene razón, los planes argumentales deben cambiar por completo en los siguientes capítulos. De seguro Carrie Fisher estaría en más de un episodio y ahora con la llegada de su prematura partida habrá que realizar un giro drástico en la trama general. Qué tristeza, pues Star Wars la ubicó en el Olimpo del séptimo arte, y con ese mismo conjunto de largometrajes había regresado triunfante en Star Wars: Episode VII – The Force Awakens (2015) y pensamos que habría princesa Leia para buen rato. La realidad, en esta ocasión, ha vencido a la ficción, y de qué manera.
-“Pobre Han Solo, si es que está vivo”, me resalta Diego.
Sí, había rumores que Han Solo había sobrevivido al ataque, a traición, propinado por su propio hijo. No sería el primer personaje de Star Wars que ha regresado de una presunta muerte y él trataría de recuperar al amor de su vida, aunque ahora eso parece casi imposible.
-“Siempre quedarán sus películas, hijo” y más tranquilo terminó Diego la llamada con un "Tienes razón, papá. Chao".
Sí, el arte, en todas sus manifestaciones, le da a los creadores una posibilidad que el resto de los mortales no tenemos, ni siquiera en nuestros sueños más delirantes: ser lo más cercano posible a la inmortalidad. Leia y Carrie, te extrañaremos, aunque siempre estarás en nuestros corazones y estarás viva en cada cómic, en cada videojuego y en cada película de Star Wars y del resto de tu filmografía.