Santiago Roncagliolo: de Cervantes al género del terror



El escritor hispano-peruano Santiago Roncagliolo tendrá una variada agenda en América Central. Su primera parada será en Panamá, donde participará de dos actividades cuyas entradas son libre.Una de ellas será hoy jueves 19 de mayo, a las 7:30 p.m., cuando dicté la conferencia “El impostor de Cervantes”, en la Academia Panameña de la Lengua.Opina que Miguel de Cervantes Saavedra “habla de cosas que nos interesan a todos: la amistad, las ganas de vivir y la posibilidad de que la imaginación mejore nuestro mundo gris. Y lo hace con sentido del humor”.Mañana viernes 20, a las 10:00 a.m., compartirá su charla “El terror en la literatura hispanoamericana”, en el tercer Congreso Internacional de Literatura Panameña, que se realiza en la Universidad Tecnológica de Panamá.Para Santiago Roncagliolo, el terrorismo “simplemente ha formado parte de mi vida. Escribo sobre los miedos porque crecí con ellos. Es una triste casualidad que ahora todo el mundo sienta esos miedos: se han convertido en un tema global”.Mientras que el 25 de mayo brindará un espacio de formación centrado en la crónica literaria llamada “Taller del miedo”, en el Centro Cultural Nicaragüense Norteamericano, como parte del festival literario Centroamérica Cuenta, que organiza su colega Sergio Ramírez. 

De Cervantes al terror

Santiago Roncagliolo, ganador del premio Alfaguara por la novela Abril rojo, opina que la huella de Cervantes se deja ver hoy en el mundo de la política.“Nuestros ideales sociales son Quijotes enfrentados a los molinos de viento del cinismo. Pero es necesario mantenerlos. El Quijote se estrella siempre contra la realidad, pero gana la lucha porque nunca deja morir la ilusión”, señala.Su obra favorita de Cervantes es el segundo libro de El Quijote, porque “introduce al Quijote falso y crea un juego de espejos divertido y delirante que podría haber sido escrito en el siglo XXI”.

Una bala

Preguntado sobre las contribuciones de las letras latinoamericanas en esto de denunciar el terrorismo, resalta que en el Perú hay nuevos libros que “vuelven al pasado y aportan diversos puntos de vista: La distancia que nos separa, de Renato Cisneros, es la historia del mayor represor del país contada por su hijo. Los rendidos, de José Carlos Agüero, es la memoria de un hijo de senderistas. Contarlo todo, de Jeremías Gamboa, cuenta los años 1990. Son libros que se preguntan cómo llegamos a la guerra los peruanos. Y qué hizo ella con nosotros”.Aunque el terrorismo es ya materia vencida en Latinoamérica, dice que la violencia no. “Luego ha llegado el narco. O la delincuencia común. Hoy en día, en muchos lugares de América Latina, sigue siendo posible que te metan una bala en la cabeza por la calle. Que no sea por razones políticas es un flaco consuelo”.

Estremecerse

Sobre el género del terror destaca el que se desarrolla en Estados Unidos, donde se ha cultivado “con autores de referencia. En América Latina ha sido usado como recurso puntual por los grandes autores: los cuentos de fantasmas de Rulfo; Aura de Carlos Fuentes; los thrillers políticos de Vargas Llosa; los cuentos fantásticos de Quiroga, Cortázar o Felisberto Hernández...”.En este momento “hay todo un gótico latinoamericano, sobre todo en Argentina con Mariana Enríquez, Samantha Schweblin, Daniela Pasik... También en México tiene momentos góticos Guadalupe Nettel. Casi todas son mujeres. Ojalá yo sea la cuota de género”.Sus autores indispensables del terror son los ingleses del siglo XIX: Bram Stoker, Mary Shelley, Óscar Wilde, Stevenson... “Ellos lo inventaron todo”, asegura.Su primera obra leída de terror fue Otra vuelta de tuerca, de Henry James. “De noche podía ver a esos fantasmas tocando mi ventana para entrar. Fue la primera vez que tuve que ir a dormir con mis padres”, indica.Para él, lo importante es “explorar nuestras zonas oscuras. Recorrer los sótanos de nuestra humanidad, que nunca queremos bajar a visitar. Lo que a mí me interesa no es causar miedo, sino investigar hasta dónde podemos llegar los seres humanos. El miedo surge cuando nos acercamos a los límites de nuestra zona de confort, a lo desconocido. La cercanía de los monstruos nos transforma en monstruos”.

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