El diseñador de producción es uno de los encargados de generar el concepto visual de una película. Esta es la responsabilidad del mexicano Eugenio Caballero desde que participó en el cortometraje Pasajera en 1997.
“Somos los que creamos el mundo que se refleja en cada una de las producciones”, indica quien ha creado mundos que pueden ser muy parecidos a la realidad como en Roma (2018) y Lo Imposible (2012), o uno por completo inventado como hizo en Resident Evil: Extinción (2017) y El Laberinto del Fauno (2006), por este último largometraje Eugenio Caballero ganó el premio Óscar de Estados Unidos.
A nivel práctico, al tomar las decisiones de mostrar esas dos clases de realidades, el diseñador de producción es el responsable de los sets de grabación, de cada objeto que sale en las escenas, la paleta de colores y los lugares donde se filmará.
“Ayudamos a construir a los personajes a través de todos esos elementos”, resalta.
Reto
El nuevo reto con Roma, del director Alfonso Cuarón, por la cual fue nominado Eugenio Caballero este año a la estatuilla dorada de Hollywood, fue que no recibió un guion de manera previa.
Se concretó este proyecto gracias a las extensas conversaciones que tuvo Eugenio Caballero con Alfonso Cuarón. “Así fue planteado el juego”, comparte quien visitará Panamá en compañía de la actriz Yalitza Aparicio para presentar juntos Roma en la octava edición del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá) el domingo 7 de abril, a las 4:50 p.m., en la sala 6 de Cinépolis de Multiplaza.
Tuvo un director muy presente en todos los procesos. “Alfonso estuvo todo el tiempo hablándome sobre qué quería contar”.
Desde el inicio se plantearon que en Roma no querían hablar de acciones, sino el deseo de desarrollar temas mexicanos que terminaran siendo universales: la situación de la mujer, la ruptura de una familia, el clasismo y el racismo de sociedades donde unos pocos tienen un gran poder económico y muchos que en términos básicos sobreviven en la miseria. “Cada fotograma de Roma tiene un subtexto de estos temas”.
¿Cómo ejerce su oficio el director de producción y al mismo tiempo mantiene la idea original del director? “Yo sigo la visión de un director. Un director hace muchas cosas en una película. Él contrata a expertos en distintas ramas que quizás saben más que el director en esas áreas específicas. El director de fotografía sabe de luz y lo mismo con el diseñador, quien es el experto en crear los espacios. Yo me alineo a esa visión y qué queremos contar”.
Roma
Eugenio Caballero nació en el barrio de clase media alta Roma. Luego residió en un sector aledaño de esa parte de la Ciudad de México.
Los abuelos de este diseñador de producción tenían su casa a cinco calles de donde vivía de chico el director Alfonso Cuarón. “Soy un poco más chico que Alfonso (él nació en 1972 y Alfonso Cuarón en 1961)”.
El drama social Roma, ganadora de tres premios Óscar (dirección, fotografía y mejor película extranjera), fue un ejercicio de memoria compartida. “Era para mí, al principio, una memoria muy olvidada y lejana, y a través del proceso del rodaje recuperé muchos recuerdos. Ese trabajo de ejercitar el músculo de la memoria ya lo había hecho desde hacía varios años Alfonso antes de que me presentara este proyecto”, afirma el diseñador de producción de Roma.
¿Roma es una reconstrucción del pasado o es un homenaje a los recuerdos? “Es una combinación. Por ejemplo, todos los objetos que hay en la casa donde residen los personajes de Roma (en el barrio homónimo) surgen de la memoria y de conversaciones de Alfonso conmigo y con otros miembros del equipo. Era normal escuchar: ‘recuerdo que allí había un negocio donde vendían vestidos de novia’. Entonces, buscas en imágenes para ver esas descripciones. A esto se le suma una investigación extensiva sobre la arquitectura de la época de la década de 1970, cómo eran los coches, cómo era el inmobiliario urbano. La avenida Insurgentes es un set construido desde cero. Porque no podíamos solo basarnos en nuestras memorias”.
Sobre las marcas de productos comerciales que salen en Roma, explica que “en el cine se trata de evitar las marcas, porque debes tener permisos, si no te metes en un problema legal y tu película no se puede estrenar. Al observar las fotografías vimos todas las marcas comerciales que tenían un gran peso en la época. Son referencias de lo que uno consumía. Nos tocó ver cuáles eran las marcas que nos conectaban con los recuerdos y un grupo de abogados liberó esas marcas para poder usarlas. Recreamos los productos de la época cuando teníamos los permisos y licencias”.
Temas
Uno de los temas de Roma es la condición social y el empoderamiento de la mujer a través de los conflictos de la empleada doméstica Cleo (Yalitza Aparicio), y su empleadora, Sofía (Marina de Tavira. Ambas fueron nominadas al Óscar como actriz principal y secundaria, respectivamente).
“Son dos mujeres de condiciones sociales y económicas radicalmente distintas. Aunque ambas se deben enfrentar a rompimientos que las marcan. Las dos buscan la manera de seguir adelante a partir de eso”, comenta.
El racismo y el clasismo siguen presentes en México (y en toda América Latina) como evidencia Roma. “En México hay racismo, pero lo que hay más es clasismo. Es algo que no deja de pasar. El único hecho triste de Roma, donde sobraron los momentos de alegría, fueron los ataques en las redes sociales contra Yalitza Aparicio por ser una mujer indígena. Por suerte fueron pocas voces y fueron acalladas por la inmensa mayoría de los mismos usuarios de las redes que salieron en su defensa. Es terrorífico que todavía esta manera de pensar exista”.
Tras cinco décadas de lo que narra Roma, hay un México de marcadas diferencias financieras. “Hay avances y retrocesos. La situación hoy no es igual, pero sí persiste”.
Distinciones
Roma obtuvo más de 170 premios a nivel internacional. “Roma conecta porque es una historia muy personal y te toca en un plano humano. La hicimos como todas las películas: le pusimos todo el corazón y todo el amor de nuestros oficios”.
Siente que todo comenzó cuando se proyectó en el Festival de Cine de Venecia, donde se estrenó, y donde obtuvo el León de Oro (mejor película). “Hubo 8 minutos de aplausos de pie. Fue muy bonito estar allí. Fue un momento revelador. Vimos gente conmovida”.
Netflix
“Roma no fue producida por Netflix. Fue comprada por Netflix. Cuando la película se produjo en sus procesos creativos no estaba Netflix en el panorama. Una película no se puede inflar, por más que le quieras meter recursos de promoción, si la película no conecta, no funciona. Si fuera así, todas las películas fueran grandes éxitos y todas serían un fenómeno como Roma”.
“Netflix invirtió recursos en la campaña publicitaria de Roma, pero la película funciona per se. A nivel de distribución sí me parece que una película como Roma: blanco y negro, en español y sin actores famosos, tendría una presencia limitada en los cines a nivel mundial. No solo en nuestra región, sino en el mundo, poquísima gente tiene acceso a las salas de cine. Tanto por costos como por geografía, es decir, no hay siempre una sala cerca. Después de esas salas de cine, ¿cuántas van a presentar una película con las características de Roma, que tienen una competencia brutal con los blockbusters estadounidenses? Me parece que fue sabia la decisión negociada de Netflix y Alfonso de que hubiera una corrida en cines para que la gente pudiera verla y después tener una presencia masiva desde la plataforma. Esa me parece que fue una buena combinación”.