Wendy Guerra piensa que ya era hora de que Estados Unidos y Cuba restablecieran sus relaciones diplomáticas porque “la mitad de nuestra memoria y afectos está a 90 millas. Llegó el momento de ponerse de acuerdo”.
Plantea que la literatura será uno de los tantos aspectos que saldrán beneficiados porque “toda apertura es transparencia, y es esta la mejor manera de leernos de lado a lado, sin censura”.
Para Guerra, la Revolución Cubana “ha sido la historia de mi vida, un movimiento paralelo, como flechas que han atravesado toda mi existencia”.
Sobre el movimiento literario hoy en la isla, señala que está “muy desperdigado en cuanto a los tempos generacionales. Es muy difícil encontrarse con todo un mundo tópico generacional en el que te sientas parte de un todo. Entre la diáspora y la censura, terminé encontrando asuntos en común dentro de Bogotá 39 y no dentro de mi propio contexto de autores cubanos”.
Resalta que Cuba “posee grandes autores de los cuales me siento muy orgullosa, como Sigfredo Ariel, Reina María Rodríguez, Leonardo Padura, Pedro Juan Gutiérrez y Carlos Manuel Álvarez, quienes son ejemplo de que a pesar de toda esta dispersión que impone nuestro tiempo, hay un universo literario de puntería”.
En Cuba, han publicado la poesía escrita por Guerra en las décadas de 1980 y 1990.
Letras Cubanas, por su parte, "tomó partido al editar un libro que sucede en 1922, el Diario de Anaïs Nin, escrito en clave apócrifa. Anteriormente lanzado por Alfaguara como Posar desnuda en La Habana, mi único libro de ficción que se ha logrado editar en Cuba".
FERIA DEL LIBRO
Sobre la Feria Internacional del Libro de Panamá, le parece magnífico que este istmo, "con la maravillosa ubicación geográfica que posee y su privilegiada naturaleza, pueda darse el lujo de unirnos en torno a una feria como esta. En este enlace de caminos, en este centro de rutas que es el país puente, Canal, punto de encuentro, prefiero pensar será el mejor contexto latinoamericano para fundar un nudo literario común que nos enlace y reúna a propósito de la narrativa, la literatura o el ensayo".
Califica su expectativa de participar de este evento anual como "fundacional, fértil, dilatada en los deseos de ser parte de un todo desde este magnífico balcón al Caribe y a la América toda".
PERSONAJES FEMENINOS
Tenía siete años cuando un texto suyo apareció en Revolución y Cultura. "Recuerdo a Alga Marina Elizagaray, la gran investigadora de literatura infantil, la ensayista que no solo recuperó este texto sino el texto de muchos talentos cubanos que, sin su ojo y pericia, se hubiesen perdido. Era la historia de un amor imposible, la de un lápiz con una cuchilla. Ya, desde entonces, emergía la imposibilidad del amor sin épicas o dolor, en el universo tópico de mis libros".
Negra es lo nuevo de la cubana Wendy Guerra (La Habana, Cuba, 1970), una novela que escribió para “recrear la diferencia, el contraste, los colores, el racismo y el dolor que destila la intolerancia racial”.
Una modelo negra, Nirvana del Risco, es el vehículo para contar esta historia “que, quisiera pensar, es universal. Ser distinto física y mentalmente molesta y el precio es alto, se paga caro”.
Nirvana del Risco es el resultado de un trabajo dramatúrgico “circular, sutil, como el que usan los directores de actores para comunicar el camino de los personajes a sus actores”. Se trata de Nirvana “afrontando problemas contemporáneos que en Cuba sienten y padecen personas de su edad”, añade.
Mientras que un diario “de una niña muy sincera e intensa” fue el arranque para una novela anterior suya, Todos se van, protagonizada por Nieve, surge a partir “de una columna vertebral propia, sin eliminar los demonios de una niña que debería ser un ser propio sin endilgarle los vicios de un ser real, el personaje debería volar y cobrar su voz durante el viaje”.
Ese diario cuenta “las peripecias de una vida en primera persona ahogada en una sociedad donde la política y el colectivismo tomaban las riendas de su vida, dejando inmovilizados a sus padres”.
Todos se van pasó al cine de la mano del director colombiano Sergio Cabrera, quien “muestra cuánto de universal puede tener una obra. Es un gesto de maravilloso desprendimiento muy necesario y provechoso para cualquier autor”.
Hablando de damas se define a sí misma como una “mujer que, desde su infancia, intenta huir hacia delante sin dejar de aprender de su propio dolor, de su propia experiencia en ascenso. Una aprendiz. Una poetisa que todo lo conserva en imágenes”.
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