La historia de Antes que cante el gallo parte de las vivencias de la guionista de esta película, Kisha Tikina Burgos, y sus experiencias de crecer en la comunidad rural de Barranquitas, Puerto Rico.
En ese sector de la isla caribeña, cuenta el director Ari Maniel Cruz, “arrancó un relato que se desarrolló con el tiempo y que cambió según fuimos cambiando nosotros”.
Comparte que la historia entre que la comenzó hace seis años y cuando logró estrenarse ha cambiado mucho. "Nunca paró de reescribirse. Hay un gran trayecto entre la primera versión del libreto que escribió Kisha, cuando vivíamos en Nueva York, y la que película que estamos presentando ahora” en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá).
Su guion pasó por varias etapas. “Una vez entramos en producción, volvimos a hacer cambios y ajustes. A me me gusta mucho el montaje”.
Su editor, Andrei Nemcik, lleva mucho tiempo trabajando con el cineasta y “sabe que vamos a experimentar y profundizar en el cuento. Todo es posible en el montaje. Ahí siempre hacemos cambios significativos a raíz de la exploración, incluso en la mezcla de sonido seguimos explorando elementos que abran nuevas dimensiones narrativas”.
PROPUESTA
El cineasta Ari Maniel Cruz, que nació en la capital, San Juan, destaca que su filme no es de corte biográfico en el sentido más estricto del término, “pero sí tiene el espíritu de ese tipo de vivencias, en especial, de la idiosincrasia del campo de mi país”.
Destaca que Antes que cante el gallo es “una digna representación de un nuevo cine puertorriqueño, que no duda en ser quien es”.
“Es un cine que se enfrenta al reto de entenderse y aceptarse”, añade.
EL ISTMO
“Panamá es un pueblo con el que los puertorriqueños compartimos vínculos culturales e históricos que nos definen mutuamente”, plantea Ari Maniel Cruz.
Es por eso que “podrán verse en nuestro relato y disfrutarlo desde un lugar privilegiado”, detalla Cruz, quien estudió comunicaciones en Puerto Rico y después guionismo en México.
Su producción se concentra en un personaje que está en la transición de ser niña a una mujer.
Comenta que la guionista Kisha Tikina Burgos decidió concentrarse en ese período cuando redactó su relato de ficción, porque es un momento que es un antes y después en la vida de toda dama.
“En esa búsqueda, Kisha fue encontrando su historia en el conflicto de esa transición, más la llegada de un padre que realmente no conoce”, adelanta Cruz sobre la trama en torno a Antes que cante el gallo, producción que se proyecta mañana lunes 11 de abril, a las 7:30 p.m., y repite el miércoles 13 de abril, a las 6:15 p.m., en ambas ocasiones en la Sala 5 del Cinépolis Multiplaza.
Ari Maniel Cruz explica que el título de su largometraje, su segundo tras su debut como director con Bajo mis uñas (2012), guarda relación con una frase típica de su terruño.
“Le cantó el gallo”, que en los sectores del campo en Puerto Rico hace referencia cuando la mujer experimenta su primera mestruación.
RODAJE
Su largometraje se rodó fundamentalmente en exteriores reales, lo que le agrada a Burgos, aunque admite que esto “siempre trae las dificultades del clima. Queríamos aprovecharnos de la luz natural como fuera posible”.
Aunque al poco rato fue algo normal enfrentarse a las inclemencias del tiempo. “Lo más duro fue el frío en las mañanas. La mayoría de nosotros somos de San Juan, donde hace calor, pero en Barranquitas, que es alto, en la Cordillera Central de la isla, hace bastante frío en diciembre y enero, que era cuando queríamos rodar a primera luz. Teníamos que estar en el set cuando más frío hacía”, comenta.
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