El primer capítulo de la séptima temporada de The Walking Dead reitera la premisa de que el ser humano es como una bestia salvaje. Estamos ante una radiografía de cómo una especie es capaz de los más atroces actos sin tener el más mínimo arrepentimiento.
Es decir, Leonardo da Vinci tenía razón cuando manifestó, de forma profética para los fanes de los zombis: "realmente el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad excede la de ellas. Vivimos de la muerte de otros, somos como cementerios andantes".
La llegada de Negan (sabemos sobre él en el episodio 6, Always Accountable, de la sexta temporada) como el nuevo villano revitalizará a este programa, pues en términos dramáticos la comodidad que se respiraba en Alexandria (más allá de los pequeños conflictos entre el grupo de Deanna (Tovah Feldshuh) y los de Rick (Andrew Lincoln), lo de los zombis rodeados por camiones y la caída del campanario) no ayuda a avanzar al argumento de ningún producto literario, incluyendo una serie de televisión como esta que se especializa en crear suspenso y terror por los acontecimientos de los que somos testigos nosotros como espectadores.
Luego de la crueldad que vimos en el episodio The Day Will Come When You Won’t Be (El día llegará cuando no estés), ya la gente de Rick (y nosotros también), entiende por qué estaban tan sometidos a los mandatos de Negan (Jeffrey Dean Morgan) los habitantes de la colonia Hilltop, que vimos en el capítulo 11 Knots Untie.
Ahora la inseguridad del mundo exterior, como le explicó Rick a Ron en First Time Again, ha pasado a estar a un nivel más interno: en sus propias mentes. Ahora Negan está en el cerebro de cada sobreviviente de la tropa de Rick y ese miedo de ver morir a un ser querido a manos del bate de púas de Negan (lo llama cariñosamente Lucille), los mantendrá inmóviles y a raya, por un tiempo.
Vienen los 'spoilers'.
Todos están aterrorizados, unos más que otros, por observar cómo mataron a dos de sus compañeros, y no me imagino el impacto que habría tenido esa misma escena si la hubieran visto los que quedaron en Alexandria, tan poco acostumbrados a sobresaltos en medio de una hecatombe de muertos vivientes.
También sería interesante que ahora Morgan (Lennie James) intente aplicar su teoría que con golpear y asustar a los malvados es suficiente para que se marchen y no regresen. Ya quiero que desee convertir en oveja al depredador que es el psicópata de Negan, al igual que intentó rehabilitar (¿o será domesticar?) a uno de los integrantes de los autodenominados The Wolves cuando lo encerró en una de las residencias en Alexandria.
MÉTODOS
La cadena de cable AMC confirmó una octava temporada de The Walking Dead. La séptima contará con 16 capítulos y una vez más se partirán en dos: veremos ocho en 2017 y el resto en 2018.
Con The Day Will Come When You Won’t Be, AMC demostró tener menos agallas que HBO, pues prefiere irse por lo seguro para no afectar sus niveles de sintonía o para no molestar a los fanáticos del cómic. Algo que sí ha hecho más de una ocasión su rival HBO, pues esta última con Juego de Tronos sí ha hecho cambios radicales en relación con su fuente original: las novelas de George R. R. Martin.
De esa manera, HBO tiene al hilo no solo a los consumidores de la pantalla chica, sino también a los lectores.
Mientras que los responsables de Juego de Tronos se han atrevido a romper el orden de las obras en las que se basa, modificando situaciones y eliminando a personajes que aún respiran en el universo de Martin, The Walking Dead mantuvo en este capítulo debut de la séptima temporada un apego a la novela gráfica de Robert Kirkman, pues fueron eliminados dos personajes que ya en el cómic habían muerto: aunque uno de ellos de una forma distinta y en una época diferente: Abraham Ford (Michael Cudlitz), en el cómic es atravesado por una flecha.
Claro que se han dado cambios. Por ejemplo, en el cómic Andrea sigue viva y Carol no, mientras que la bebé Judith murió en la novela gráfica y sobrevivió Sophia. En el cómic Rick perdió el brazo.
Hubiera sido más intenso para lectores y televidentes si los masacrados por Negan hubieran sido otros personajes, aunque no niego que la tensión, los nervios y la tristeza fueron intensos.
Lo que sí es macabro es que en el capítulo 3, Thank You, de la sexta temporada, nos torturaron con la posibilidad de que Glenn Rhee (Steven Yeun) había muerto a manos de los zombis cuando él y Nicholas cayeron del contenedor donde estaban refugiados, y ahora sí lo eliminan tal cual aparece en el número 100 del cómic.
Cuando Negan pone a prueba a Rick para que le haga daño a su Carl (Chandler Riggs) y después el villano no promete lo que dijo que haría y libera al padre de hacer tamaña tortura a su hijo, dejó claro que los productores de The Walking Dead tienen límites que no desean pasar, por lo menos, por el momento.
Sobre el primer capítulo de la séptima temporada de 'The Walking Dead'
24 oct 2016 - 03:26 PM