Sobre el documental de Rubén Blades firmado por Abner Benaim

Sobre el documental de Rubén Blades firmado por Abner Benaim


La salsa le ha salvado la vida, literalmente, a Abner Benaim. Ese ritmo que viene tanto de Cuba, Puerto Rico, Panamá, como de la ciudad de Nueva York ha hecho más plena la existencia de este director que firma el documental Yo no me llamo Rubén Blades, que cierra hoy, en el Teatro Balboa, la séptima versión del Festival Internacional de Cine de Panamá.

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"Para mí el público de Panamá es el público más importante del mundo, especialmente para este film, que trata sobre una de los artistas más importantes del país. Mi deseo de compartir el film con la gente que conozco, es también fuerte. Considero que para que un film sea universal, debe poder lograr primero una conexión local", indica el responsable de la película Chance.

Está en el proceso de presentarlo en varios mercados. "Pronto anunciaremos la fecha de estreno en salas en Panamá, Colombia, Centroamérica, el Caribe, Argentina y otros países de la región", agrega sobre este largometraje que triunfó en el pasado festival South by Southwest al recibir el premio del público en la categoría producciones musicales.

Fan

Ha sido fan del cantautor, actor, abogado, político desde que era adolescente, y su música le ha acompañado siempre. “Cuando fui creciendo me di cuenta de la profundidad del impacto de sus letras, no solo en mí y en Panamá, sino también en todo Latinoamérica”.

Ese fue el inicio de su producción: “querer saber quién está detrás de esas letras, y música, porque Rubén Blades compuso casi todas sus canciones, tan potente”.

Aceptó

Cuando lo conoció, hace unos 10 años, “empezamos a hablar, y las conversaciones eran largas y buenas. Después de algunos años de estas conversaciones, y de verlo cantar a capella álbumes enteros en su casa, le dije que tenía que empezar a grabar, que como cineasta no podía estar así, sin cámara escuchándolo nada más. Le propuse arrancar con el documental y aceptó”.

Resalta que Rubén Blades es una persona “muy privada y no le gusta que lo anden siguiendo con cámaras. Pero fue muy generoso con su tiempo y abrió sus puertas de manera exclusiva a mí y a mí crew, y por eso estoy muy agradecido. Lo que hacíamos era estar con él por días, en sus actividades, a veces en la casa, en estudios de grabación, cuartos de práctica, restaurantes, conciertos, de todo”.

Lo siguieron por el continente americano a lo largo de dos años aproximadamente. “Uno de los momentos más lindos del rodaje fue cuando terminamos de grabar y volví a ver a Rubén otra vez sin cámara. Caminamos unas cuatro horas por Nueva York, hablando, como si no hubiera pasado nada. La vida sigue después de las películas”.

Lo que le impresiona a alguien como Rubén Blades “no son los títulos que tenga o los logros que pueda listar, sino la energía que le dedica a lo que hace, a su búsqueda personal o artística, y la razón por la cual hace las cosas. Rubén ha sido muy consistente en su búsqueda, en sus principios, y ha tomado caminos que no son los más fáciles, pero que son los que él ha sentido que debe tomar. Eso es digno de admirar”.

Le emocionó conocer para este documental a artistas como Sting, Paul Simon, René Pérez (Residente), Danilo Pérez, Gilberto Santa Rosa, Ismael Miranda, Larry Harlow, Junto Díaz, Luba Mason, Andy Montañez... “Algunos de ellos que he admirado toda la vida. Hablar con gente que tiene una carrera tan intensa y conocerlos un poco es una experiencia muy linda. Hay algo que se te pega de gente así aunque les hables por solo un ratito. Y no digo porque sean famosos o exitosos, sino porque usualmente tienen una energía que te impacta de una vez, y experiencias de vida de las cuales se puede aprender mucho”.

Abner Benaim los escogió de una larga lista “de gente increíble que me pasó Rubén cuando le consulté. El criterio es que sean gente que conocía bien a Rubén y que hayan colaborado con él artísticamente en su mayoría. Y el problema es que cuando les preguntaba todos decían que sí, así que tuvimos que limitarnos a los que podían dentro de nuestro calendario”.

Sobre la herencia de Rubén Blades, lo define de la siguiente manera: “Creo que es algo similar a haber escrito libros de filosofía, literatura y política, y que hayan sido leídos por todos. Es el legado de un filósofo popular, al ritmo de clave”.

Sus canciones

El disco de Rubén Blades que más admira es Siembra. "Por un período de mis años universitarios lo ponía todos los días para comenzar el día y escuchaba por lo menos las primeras tres canciones: Plástico, Buscando Guayaba, Pedro Navaja, y a veces todo el disco de seguido. A Buscando Guayaba le tengo especial cariño. Después hay tantas canciones que me encantan por diferentes razones: El padre Antonio, El cantante, G.D:B.D, Buscando America, Canto Abacua, Te están buscando, Plantacion Adentro (escrita por Tite Curet) de las nuevas El tartamudo y País portátil me encantan. Son muchas más que disfruto escuchar una y otra vez".

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