La importancia económica de los festivales de cine

La importancia económica de los festivales de cine


Los festivales de cine aportan mucho más que proyectar excelentes películas y contar con la presencia de celebridades de notable perfil.

Estos eventos anuales alimentan con el valor perdurable de la cultura a la gente a través de lo mejor del séptimo arte, y de paso, colaboran con la economía y el turismo de los países donde ocurren.

Iván Giroud, director del Festival Internacional de Cine de La Habana, plantea que los beneficios monetarios que brinda este evento a la capital cubana “no se pueden contabilizar, porque se generan desde varios niveles y se ingresan directamente a la economía estatal y a la economía privada”.

Al hacer cálculos estimados, por ejemplo, Giroud resalta lo mucho que consumen los participantes extranjeros en cuanto a hospedaje, transporte público y privado, comidas, compras...

Otra fuente de ingreso, añade Giroud, es la que genera el público nacional que participa de esta cita con la pantalla grande, que “se desplaza hacia la zona donde se desarrolla el festival. Más de 200 mil espectadores tuvimos en 2015”.

Por su parte, Pituka Ortega Heilbron, directora general del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá), es más concreta y señala que esta actividad “ha generado para el país más de 11 millones de dólares en los últimos 4 años”.

“El festival de Toronto tiene un impacto económico anual de 137 millones de dólares y es el más grande de América del Norte”, destaca por su parte Pamela Mollica, directora de comunicaciones del  Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF por sus siglas en inglés).

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Los festivales de cine forman parte del motor para el desarrollo económico y cultural de los países, donde cada año el séptimo arte brinda su mejor cara.





SECTORES

Los tres consultados reiteran que los sectores más contentos con esta clase de iniciativas artísticas son las redes hoteleras, los servicios gastronómicos, los operadores de automóviles, los proveedores de equipos y la industria cultural en general.

According to Moneris Solutions Corporation, la empresa más relevante de Canadá en materia de tarjetas de crédito y débito, calculó que los consumidores en Toronto durante el TIFF 2014 compraron mucha ropa (esta área aumentó un 18.3% con relación a 2013) y aumentó el turismo interno (12% más que el año anterior).

Mientras ocurre el TIFF, añade la empresa especializada, crece la clientela en los restaurantes y en 2015 fue un 21% más que en 2014.

According to Moneris Solutions Corporation señala que el uso de tarjetas de crédito y débito aumentó un 12% en comparación con el mes anterior al festival y que eso guarda estricta relación con la asistencia al TIFF.

En Panamá, Ortega Heilbron enumera que en términos de puntos turísticos del país a los que les va mejor con el IFF es a la comarca Guna Yala, la isla de Contadora, la comunidad colonense de Portobelo y la provincia de Bocas del Toro.

Las tres fuentes lamentan que exista el planteamiento, erróneo, que la cultura no genera ganancias a las finanzas. “Es una idea propia del subdesarrollo, de la ignorancia”, indica Giroud.

Los festivales de cine más importantes del planeta, añade Giroud, “¿dónde están localizados? En los países más desarrollados, en las ciudades más industrializadas o en los balnearios turísticos en la época de baja del turismo. Si no genera riqueza o beneficios seguro que no existirían en esas plazas”.

El informe Cultural Times: The first global map of cultural and creative industries (2015), de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reveló que “la cultura y los bienes o servicios relacionados con la creatividad representan un 3% del producto interno bruto mundial (PIB), y dan empleo a 29.5 millones de personas en el mundo. Los ingresos de las industrias culturales y creativas en el mundo representan $2.25 billones”.

Los eventos dedicados al cine demuestran que la creatividad también es una manera de colaborar con las finanzas nacionales.



LA BUENA IMPRESIÓN DEL CINE

Pituka Ortega Heilbron, directora general del Festival Internacional de Cine de Panamá  (IFF Panamá), opina que todavía se nos olvida que la cultura creativa “no solo genera dinero, sino que además genera una imagen positiva y nos da una identidad de más profundidad y peso, la cual es muy importante cuando empresarios, mercaderes y estadistas tienen que sentarse en una mesa frente a una contraparte para negociar acuerdos”.

Le preocupa que a Panamá “no se le ve como un punto cultural ni turístico mundialmente. En ese sentido, no aportamos a la humanidad y esto nos quita fuerza”.

De allí el valor de la presencia del IFF Panamá en medios de comunicación social internacionales que “rebasa los 7 millones de dólares y el impacto a nivel local rebasa el millón de dólares”, lo que se traduce en dar “a conocer al país como una posibilidad real de un punto turístico cultural para visitar”.

La exposición que recibió el IFF Panamá a través del canal por cable HBO/Cinemax Latinoamérica, “la cual transmitió cápsulas de Panamá y el festival a 40 millones de subscriptores por 6 meses, la exposición de medios como las revistas Variety y Hollywood Reporter, el canal de televisión CNN, entre otros, son peldaños importantes”.

Las industrias creativas le dejan a América Latina $174 mil millones cada año: Banco Interamericano de Desarrollo.





BENEFICIOS

Los beneficios económicos de los festivales de cine en La Habana, Panamá y Toronto han crecido en la medida que estos eventos se han posicionado a nivel global.

Iván Giroud, director del Festival Internacional de Cine de La Habana, resalta que los jurados, periodistas, público foráneo y los responsables de las películas se quedan en la capital tras el fin del evento, “para aprovechar otros beneficios y bondades de la ciudad. Lo importante no es tanto en que permanezcan más tiempo, sino en que regresen cada año”.

En 2013, anota Pamela Mollica, directora de comunicaciones del Festival Internacional de Cine de Toronto, al TIFF asistieron 4 mil 743 representantes de la industria cinematográfica procedentes de 80 países, así como mil 178 representantes de medios de comunicación y 432 mil espectadores.

Estas iniciativas, plantea Giroud, son ideales “para el turismo especializado e interesado en el cine. Cada año recibimos más de mil visitantes que vienen a La Habana para asistir al Festival de Cine, para ver cine latinoamericano”.

Los festivales también son generadores de empleos. “Todos los eventos culturales de carácter temporal generan empleos. Son por lo general trabajos temporales, pero generan nuevas posibilidades para obtener trabajos en otros eventos similares que se realizan en la ciudad”, señala Giroud.

El IFF Panamá, que en 2015 tuvo una asistencia de más de 28 mil personas, “emplea a 31 personas para su realización. Este número se va formando a medida que se acerca el festival. No empleamos a 31 personas el año entero”, enumera Ortega Heilbron.

Mientras que Pamela Mollica, directora de comunicaciones del Festival Internacional de Cine de Toronto, contrata “a más de 200 personas a tiempo completo durante todo el año y utilizamos 2 mil 500 voluntarios”.

EMPRESA PRIVADA

Los tres coinciden en que la empresa privada con el pasar de los años es más proactiva con los festivales de cine.

“Cada vez es un poco más fácil conseguir apoyo”, recalca Giroud.

“El 31% de nuestros ingresos en el TIFF 2014 vino de patrocinios”, comenta Pamela Mollica, quien agrega que el resto proviene de la ayuda del Gobierno canadiense y donaciones filantrópicas.

“La empresa privada se suma al festival porque entiende que es una gran plataforma para ellos. Los primeros dos años requirió de mucha visión por parte de ellos, lo cual es de admirar porque fue imprescindible este apoyo para el IFF Panamá, y han seguido con nosotros y se siguen sumando, porque, afortunadamente, el festival ha tomado más fuerza y ha ido creciendo”, indica Pituka Ortega Heilbron.

El Estado es un factor vital para el festival y “su aporte económico ha sido clave”, indica Ortega Heilbron, mientras agrega que “enfatizar esto es importantísimo. La fusión entre gobierno, empresa privada y población civil que ha ocurrido a través del IFF Panamá es algo que internacionalmente se admira y es de la única manera que este tipo de proyectos y gestiones funcionan. Todos los ejes de la población tienen que estar involucrados”.

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