La industria de Hollywood siempre ha tenido una deuda con la comunidad afroamericana. Cuando presenta a esta comunidad y a sus ancestros en la pantalla grande, por lo general, lo hace desde el desapego.
Por eso, causó tan sensación positiva el estreno de la versión cinematográfica de Black Panther (2018).
Fue la primera súper producción de la Meca del Cine (su presupuesto fue de 200 millones de dólares, sin incluir los gastos de marketing) que tenía un elenco con más del 90% integrado por artistas negros.
Hollywood presenta con demasiada frecuencia a África con una mirada sesgada, como si los países que integran este continente fueran meros pueblos en medio del desierto.
Cuando presenta África en el séptimo arte norteño se concentran en desarrollar tópicos como la pobreza o la falta de libertades civiles o sobre la esclavitud o la discriminación, cuando esa parte del mundo es mucho más que esas debilidades sociales que existen, dicho sea de paso, en más de una nación en la Tierra, incluido el propio Estados Unidos.
Black Panther, por el contrario, rompe con los estereotipos y muestra a África como una potencia a través del reino de ficción de Wakanda, que gracias al uso del inusual mineral vibranium, se ha convertido en un ejemplo de modernidad para occidente, sin perder ni irrespetar sus tradiciones ancestrales.
Ah, dato esencial: Wakanda nunca ha sido colonizado por nadie.
Creador
Cabe destacar que el director de Pantera Negra es un afroestadounidense, Ryan Coogler, y los actores que participan del filme, en su mayoría, son africanos.
Para su tercer largometraje como realizador, Ryan Coogler se fue por lo seguro al convocar a talentos habituales en sus anteriores producciones, como el actor Michael B. Jordan, la diseñadora de producción Hannah Beachler, el editor Michael Shawve y la fotógrafa Rachel Morrison.
También hay que recordar que T’ Challa, el rey de Wakanda, no es el primer superhéroe negro del universo Marvel que llega a las salas de cine, antes estuvo Blade, encarnado por Wesley Snipes, que dio lugar a una trilogía entre 1998 y 2004, aunque con la limitante de que el vampiro que no se alimenta de sangre humana era de origen estadounidense.
Black Panther no solo tuvo una alta calidad visual, una excelente banda sonora y un vestuario cuidado, estándares normales en las películas de la Marvel, sino que además respetó la diversidad cultural de África, y ofreció personajes femeninos inteligentes y vigorosos.
Taquilla
En lo económico, Black Panther también demostró que una producción con protagonistas negros sí podía ser rentable, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
Pantera Negra superó a grandes éxitos de taquilla como Los juegos del hambre o La Bella y la Bestia en las preventas de entradas en Norteamérica.
También fue el mayor debut de un estreno en febrero y el segundo mejor preestreno para una cinta de Marvel Studios. Debutó en el primer lugar de boletería en el 70% de los principales mercados internacionales.
Al final, registró una recaudación total de mil 346 millones 913 mil 161 dólares . O sea, fue la tercera película con mejor desempeño en Norteamérica (solo le ganan Star Wars: The Force Awakens y Avatar) de todos los tiempos y la novena película más lucrativa a nivel global. Puras noticias emocionantes para un cine que pierde terreno ante la televisión y las opciones de streaming.
Los aplausos incluyeron a los críticos de cine de la unión americana. En el sitio web especializado rottentomatoes.com se le otorgó 97% de 100.
Fenómeno
Black Panther también fue un fenómeno sociológico. Tanto en cines de Kenia y Nigeria, así como en ciudades estadounidenses, los espectadores iban a las salas vestidos con trajes típicos africanos, porque se sentían orgullosos de su herencia.
La audiencia, en especial los niños y jóvenes pertenecientes a minorías, vieron que los superhéroes no todos son caucásicos y que los personajes que admiran pueden ser como ellos.
Por todo eso, celebro las siete nominaciones al premio Óscar que obtuvo Black Panther: mejor película (primera producción basado en cómics que logra este honor), banda sonora (Ludwig Göransson), canción (All the Stars), diseño de producción (Hannah Beachler, Jay Hart), vestuario (Ruth Carter), sonido (Steve Boeddeker, Brandon Proctor, Peter Devlin) y efectos sonoros (Benjamin A. Burtt, Steve Boeddeker).
Aunque Black Panther abre ventanas a favor de la diversidad, la igualdad y la inclusión dentro del negocio del entretenimiento estadounidense, lo cierto es que se requieren más títulos como este para que Hollywood brinde cambios reales y permanentes.