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Comunicado para la población en general

La convocatoria de la Caja de Seguro Social (CSS) de una licitación pública para el suministro, instalación, puesta en marcha, mantenimiento y acompañamiento de un sistema para la generación de oxígeno médico en las instalaciones pertenecientes a esa entidad con un precio de referencia de B/ 101 millones 200 mil, carece de sentido técnico y de un Estudio de Factibilidad que justifique tan magna inversión.

Actualmente la CSS invierte anualmente B/7 millones de dólares en gases medicinales, de los cuales un 90% es oxígeno en estado líquido y gaseoso respectivamente, es decir, que si dividimos los 101 millones que pretenden invertir entre los B/ 7 millones aproximados que la CSS consume actualmente, nos daría para 14 años de producto con todos los servicios incluidos, sin la necesidad de adquirir riesgos, gastos de energía eléctrica, mantenimientos, logística, inversión en vehículos, personal, BPF(certificación para buenas prácticas de fabricación y de almacenamiento), cilindros, estación para mantenimiento de esos cilindros, que, según regulaciones, deben ser certificados por un ente internacional. inventario de repuestos, gastos consumo de energía que encarecen la pretendida adquisición de estas plantas para la producción de oxígeno.

Todo esto sin mencionar el desgaste mecánico natural propio de una operación de 24 horas continuas los 365 días al año, expresada por los diferentes proveedores para el tamiz molecular de estos equipos que va de 5 a 7 años, luego de esto, hay que reemplazar el 80% del equipo dependiendo de la cultura de mantenimiento que se le programe al mismo.

Dicha pretensión entra en abierta contradicción con la falta de mantenimiento histórica que presentan algunos hospitales, clínicas y policlínicas y como prueba de ello, el equipo rodante pertenecientes a la institución que permanecen apilados en abierto deterioro.

Con relación a la calidad del oxígeno que estas plantas producen, éste oscila entre el 93% a 96%, dependiendo el flujo exigido por el hospital.

Según la Food and Drug Administración (FDA por sus siglas en inglés) para que sea considerado como oxígeno grado medicinal, este debe tener una pureza mínima de 99.% .

Actualmente la Caja de Seguro Social recibe oxígeno con pureza de 99.5%, ofreciéndole calidad y seguridad que el oxígeno requerido cumple con las exigencias sanitarias requeridas.

Por otro lado, el MINSA, mediante Decreto Ejecutivo No.139 del 5 de diciembre de 2022, estableció la reglamentación y guía para la fabricación de gases medicinales y los parámetros que deben cumplir todos los que fabriquen o distribuyan gases para uso medicinal.

De igual manera, el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) a través del Reglamento Técnico COPANIT-DGNTI-15-77-99, establece que la pureza mínima para el oxígeno medicinal es de 99.0%.

Ahora bien, desde el punto de vista económico, llama poderosamente la atención que ningún hospital privado utilice este tipo de equipos, por qué no, si son verdaderamente rentables. Situación que puede estar directamente relacionada con el consumo energético empleado, el personal calificado para su operación, el inventario de repuestos que se debe mantener para imprevistos, el inventario de piezas y repuestos para los mantenimientos periódicos, y las restricciones normativas que existen. Dado que, si se produce un incumplimiento de las normas sanitarias, como por ejemplo la mezcla dentro de una misma línea de abastecimiento de gases de diferentes purezas, se podría causar graves afectaciones.

Otro aspecto que los directivos de la CSS no han contemplado es el espacio necesario para instalar estos equipos y el número de unidades requeridas para alcanzar el consumo exigido por el hospital, considerando picos de consumo que son variables regularmente; tampoco se ha considerado el espacio para la planta generadora o las plantas generadoras auxiliares en caso de que la energía eléctrica falle, hecho, que en nuestro país es muy constante, además, del ruido que estas generan y la contaminación que producen en un lugar para la salud.

Otra situación objeto de análisis es el hecho que los equipos que pretende adquirir la CSS funcionan 100% con energía eléctrica, eso significa que, si la energía eléctrica falla por espacio de un segundo, y no se tiene un sistema de respuesta que minimice la fluctuación, el equipo se descalibra perdiendo la pureza del lote producido, por lo que, se tendría que hacer un barrido en las redes del hospital hasta encontrar la pureza aceptada.

Por otro lado, si la energía eléctrica falla por más de un minuto, debería entrar a operar un sistema auxiliar con reserva en cilindros de alta presión, que según normas internacionales debe ofrecer una autonomía de 24 horas al hospital. Un hospital como el de la Ciudad de la Salud, que debe tener un consumo estimado de 150 cilindros por hora, debería mantener una reserva de 3,600 cilindros disponibles, más 3,600 adicionales para el recambio, y el área empleada, solo para esta reserva sería de 50 m2.

Lo mismo se aplicaría en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid y en menor caso en el Hospital Irma Tzanetatos, que dicho sea de paso mantiene TRES (3) plantas para la fabricación de oxígeno donadas por el gobierno de los Estados Unidos y que a la fecha de hoy no han sido utilizadas.

Por qué la CSS quiere gastar 101 millones de dólares sin antes probar con estas tres plantas para ver si cumplen con las especificaciones sanitarias vigentes y si en verdad ofrecen la rentabilidad que no han sabido sustentar los promotores de este nuevo atentado en contra del pecunio de todos los que aportamos a esta entidad de seguridad y que cada día vemos más en peligro de mantenerse operativa, manteniendo déficit en medicamentos y en el IVM.

La CSS ha fijado como fecha de reunión para que las empresas interesadas en el proyecto, presenten la homologación de cargos, el próximo 20 de enero, sin que se haya realizado un estudio de factibilidad sobre la operación y alcances del sistema de suministro de oxígeno. Algunos expertos en la materia y economistas han señalado que el proyecto implicaría que la CSS debiera asumir erogaciones para la instalación de las plantas, el mantenimiento, compra de cilindros para el oxígeno y toda la logística que implica el desarrollo de sistema de generación de oxígeno, que en la actualidad asumen las empresas suplidoras.

A la vez explicaron que resulta oneroso para la CSS entrar en una inversión de más de B/100 millones, cuando el programa de invalidez vejez y muerte enfrenta una crisis por falta de liquidez. Además de, una grave situación para el suministro de medicamentos a los miles de usuarios del sistema de seguridad social.

En el año 2006 la CSS se vio enfrentada a una gran crisis, cuando medicinas elaboradas en el laboratorio de medicamentos fueron contaminadas con el tóxico dietilenglicol, lo que causó luto y aun provoca, dolor a cientos de familias en todo el país, que esperan por una indemnización que no llega. Sin mencionar que la mala instalación puede provocar, explosión, incendio y muerte.

La razón de existir de la CSS, es la de proporcionar servicios médicos a los asociados, administrar y procurar los recursos para la obtención de medicamentos, garantizar una jubilación digna para todos los que aportan las cuotas mensuales a esa entidad, NO es la de transformarse en productora de oxígeno, para convertirse en competencia de los agentes económicos que cotizan bienes y servicios a esa institución, además desincentivar la inversión en el sector empresarial y al crecimiento de la inversión privada en Panamá, que es la fuente primaria que mantiene la economía de todo país.

Baltazar Moreno Aguilar

Las afirmaciones, opiniones, recomendaciones y todo lo expresado en este comunicado son responsabilidad única de su autor y quienes sufragan su publicación.




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