Las condiciones naturales de Polonia hacen que ese país sea un lugar ideal para la práctica de distintas actividades deportivas y de ocio durante todo el año; es que Polonia tiene de todo: desde las playas de arena blanca en la costa báltica, pasando por los bosques primitivos con naturaleza salvaje y los lagos pintorescos, hasta las majestuosas montañas Tatras. Además, la existencia de 23 parques nacionales asegura un entorno privilegiado desde el punto de vista de contacto con la flora y fauna protegidas.
Excursiones de montaña, deportes acuáticos, esquí, equitación o cicloturismo no son más que algunas de las opciones: entre las numerosas propuestas cada uno encontrará algo para sí mismo. Las infraestructuras deportivas de Polonia son modernas y están en permanente desarrollo. La variada red hotelera-gastronómica permite unir un descanso activo, con un alojamiento cómodo y una comida rica.
Les presentamos varias opciones de viajes de turismo activo –teniendo en cuenta que en Polonia hay cuatro estaciones bien marcadas y totalmente diferentes–, lo que significa que el país tiene también cuatro caras por descubrir.
Empecemos por el verano polaco que tarda de junio a septiembre y es ligeramente caluroso con 20-30 grados Celsius y lluvias puntuales; es en agosto cuando el mar alcanza la temperatura más alta, por lo cual es la época ideal para el disfrute de las arenosas playas de la costa báltica. Los quinientos kilómetros del litoral polaco ofrecen playas de arena fina y pequeños pueblos pesqueros con un ambiente único. Aparte de tomar el sol, uno puede disfrutar de paseos en barco, pesca de bacalao o deportes acuáticos. La meca de los amantes del windsurf y kitesurf en Polonia es la Bahía de Puck, considerada uno de los mejores lugares de Europa para la práctica de estos deportes; esto debido a que la Península de Hel protege sus aguas poco profundas de las olas del Báltico, creando condiciones incomparables a nivel mundial. Cabe destacar que a lo largo de la costa báltica hay también centros turísticos importantes como Sopot, Kołobrzeg, Gdynia y preciosas ciudades históricas como Gdańsk o Szczecin.
La parte norte-central de Polonia, con la región de Masuria, es boscosa y cubierta por miles de lagos. Gracias a su belleza singular, en muchas revistas califican esta región como una de las más bonitas de Europa. Es un excelente lugar para practicar navegación y relajarse lejos del ajetreo y el bullicio urbano. El mayor número de aficionados a la vela navega en los grandes lagos de Masuria – Śniardwy, Niegocin y Mamry. La temporada de vela tarda desde principios de mayo hasta finales de septiembre. Asi mismo, en Polonia hay numerosas y excelentes rutas para kayak en que se puede admirar la belleza de la naturaleza. Entre los sobresalientes descensos en las regiones de Masuria y Suwałki están los ríos Krutynia, Czarna Hańcza, Rospuda y Drwęca. En la boscosa región de Kaszuby son famosos los descensos de los ríos Brda, Wda y Drawa. Polonia es también un lugar atractivo para los amantes de la pesca deportiva. En numerosos ríos y lagos pueden pescarse más de 20 especies de peces: en los ríos de montaña las truchas y salmones, y en los lagos y los ríos de llanura, los lucios, lucio-percas, siluros y anguilas.
En septiembre llega el otoño, llamado también “otoño de oro” en polaco. Es una estación muy especial (para algunos la más bonita), ya que el paisaje alcanza unos colores espectaculares. Las hojas de los arboles cobran tonos amarillos, marrones y rojos antes de caer y transformarse en un gran manto dorado. Las temperaturas suelen bajar gradualmente de 20 a 10 grados en noviembre. Es la mejor época para practicar el senderismo y visitar algunos de los 23 parques nacionales. Uno de los lugares excepcionales es el Parque Nacional de Białowieża –el hábitat natural del bisonte europeo y reserva del bosque primitivo–, declarado Patrimonio de la Humanidad. Siendo un país de bosques y prados, donde la caza tiene una rica y antigua tradición, Polonia tiene excelentes condiciones para organizar cacerías. Entre los animales de caza que son muy abundantes hay liebres, jabalíes, corzos, ciervos, zorros, así como patos, perdices y faisanes. La temporada de caza para la mayoría de las especies dura desde septiembre hasta diciembre.
La amplia red de rutas turísticas también anima a hacer excursiones a pie en las montañas polacas. Para las excursiones familiares, se recomienda escoger las montañas de altura moderada como las del Parque Nacional de Bieszczady. Es un lugar donde uno goza de la paz y tranquilidad insólitas; en Polonia hay incluso un dicho popular que reza “dejarlo todo y mudarse a Bieszczady”. Para los que no tienen miedo a las alturas y les gusta un poco de adrenalina, se recomiendan las caminatas o escaladas en los Tatra. Son las montañas más altas de Polonia que asombran por su majestuosidad y belleza.
La capital de invierno polaco por excelencia es Zakopane, situada al pie de los Tatra. Los inviernos empiezan en diciembre y tardan hasta marzo. Son fríos, con una temperatura media de 0 grados, lo que significa también que hay nieve constante y es un periodo perfecto para practicar los deportes invernales. Polonia posee condiciones excelentes para la práctica de descenso en snowboard, esquí alpino y turismo en esquís de fondo o de travesía. Hay varios resorts de esquí bien desarrollados, como Zakopane, Bukowina y Białka Tatrzańska en los Tatra, o Szczyrk, Wisła y Korbielów en los Beskidy. Visitar Polonia en esta estación del año significa también disfrutar del mágico ambiente navideño. En muchas ciudades hay mercados de Navidad tradicionales que les añaden el toque festivo a sus históricas plazas y calles. El más famoso se celebra en Cracovia, dónde se puede admirar una exposición incomparable de belenes, recientemente declarada Patrimonio Inmaterial de la UNESCO. También la plaza principal de Wrocław se convierte en el escenario de un paisaje de cuento de hadas. Entre los árboles de Navidad que huelen a bosque, los aromas del vino caliente y el pan de jengibre, se pueden encontrar los regalos artesanales navideños y escuchar los conciertos de villancicos tradicionales.
La primavera comienza en marzo y tarda hasta mayo; con ella vuelven los colores, ya que todas las plantas se despiertan de su sueño invernal. Las temperaturas son agradables, comprendidas entre 10 y 20 grados Celsius. Es la temporada perfecta para las excursiones en bicicleta. En Polonia hay un gran número de senderos pintorescos y bien enmarcados, acompańados por una infraestructura necesaria para pasar las inolvidables vacaciones en bicicleta con toda la familia. Entre los parques nacionales con la mejor accesibilidad para los ciclistas se destacan el Parque Nacional Wigierski, el Parque Nacional Ujście Warty y el Parque Nacional Ojcowski.
Venir a Polonia en primavera tiene también otra ventaja: se puede disfrutar de las mayores atracciones turisticas con tranquilidad -gozando además de una oferta hotelera favorable-, ya que la temporada alta comienza al finales de junio.
Definitivamente, en Polonia uno no puede aburrirse; este país de historia milenaria, con muchas ciudades y monumentos históricos, una riquísima oferta cultural, una cocina excelente y una gran base hotelera de calidad mundial, posee también una naturaleza espectacular y ofrece muchísimas posibilidades de un descanso activo durante todo el año.