La desincronosis circadiana, mejor conocida como jet lag, ha afectado a los viajeros desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando se inventó el jet, que permitió viajar lo suficientemente rápido como para cruzar numerosas zonas temporales en un solo vuelo.
Este veloz método de transporte trajo consigo la alteración del reloj biológico de quienes lo usaban, trayendo como consecuencia fatiga, dolores musculares y problemas estomacales y menstruales (en las mujeres): todos ellos síntomas del jet lag, según el sitio web de la Clínica Mayo.
“Estos trastornos al hipotálamo –que controla el reloj biológico– se dan con mayor frecuencia cuando se viaja al este, porque se viaja en sentido contrario a la Tierra, extendiendo el día”, explica el psiquiatra Luis Picard-Ami.
Hay varias investigaciones que revelan remedios para el jet lag.
“El clásico es la hormona melatonina. Aún no se sabe la dosis que se debe usar, aunque se tiende a recomendar entre 0.5 y 3 miligramos una hora antes de dormir”, indica Picard-Ami.
Un estudio publicado en la revista italiana Minerva Cardioangiológica revela que el pycnogenol –extracto de corteza de un pino encontrado en las costas de Francia– reduce 50% la posibilidad de jet lag. Otro, realizado por los científicos argentinos Patricia Agostino y Diego Golombek, reveló que el viagra disminuye 50% la incidencia del jet lag.
El pediatra Jaime Boyd, por su parte, opina que el jet lag se puede evitar sin medicamentos.
Él recomienda tomar mucho líquido, hacer ejercicio regularmente y dormir adecuadamente en horas que se adapten al cambio de horario.
