Tan solo en Estados Unidos, de acuerdo con la National Stroke Association, se dan alrededor de 730 mil derrames cerebrales, siendo esta la tercera causa de muerte más grande en ese país. Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard estipula que pronto esta podría ser la causa número uno de muerte en el mundo, estando en este momento detrás del cáncer y los problemas cardiacos.
En Panamá no nos quedamos atrás. Según el neurocirujano Norberto Calzada, “es uno de los casos clínicos más frecuentes y serios del país”.
De acuerdo con Calzada, las causas de la apoplejía -nombre correcto del derrame cerebral- son varias, aunque todas involucran el flujo sanguíneo del cerebro. “Está la trombosis, que es una acumulación de colesterol y depósitos grasos que acaban tapando una arteria del cerebro o el cuello. La embolia sucede de manera similar, aunque en este caso es un coágulo el que tapa la arteria. Por último están las hemorragias, que son rupturas de alguna arteria del cerebro o el cuello”.
Estas ocurrencias usualmente son precedidas por accidentes isquémicos transitorios, interrupciones momentáneas del flujo de sangre al cerebro -a diferencia de la apoplejía, que es permanente-.
El neurocirujano Francisco Sánchez Cárdenas indica que estas sirven como señales de alerta y se manifiestan en varias formas como: entumecimiento, debilidad -en un lado del cuerpo-, confusión, problemas para hablar, problemas de la vista en uno o ambos ojos, dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio y dolores de cabeza repentinos.
Calzada apunta a la diabetes, la obesidad, la hipertensión y el factor de la herencia como las raíces más frecuentes de este problema. Sánchez Cárdenas apunta a que es necesario tomar ciertas precauciones si no se quiere “quedar en estado paralítico o vegetal”. El galeno deja claro que no se debe comer productos con colesterol alto, hay que hacer ejercicios y aquellos que sufren de presión arterial no deben conformarse con tomar un medicamento.
“Es importante tomar estas precauciones porque, en realidad, no hay mucho que se pueda hacer mientras ocurre el derrame”, sostiene Sánchez Cárdenas, a lo que Calzada agrega que “lo único que se puede hacer es mover al paciente lo más rápido posible al hospital para que sea atendido y se eviten mayores complicaciones”.