El Ministerio de Defensa de Austria entregó dos botes patrulla del Danubio, los últimos vestigios de la una vez poderosa Marina de Guerra del Imperio Austro-Húngaro, al Museo de Historia Militar de Viena.
Austria carece de acceso al mar desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1918, cuando el gran imperio centroeuropeo y multiétnico se desmoronó y perdió su salida al mar Adriático.
La entonces considerada sexta mayor flota bélica del mundo fue repartida entre los vencedores de la contienda mundial, pero Austria se quedó con una flotilla de barcos de pequeño calado para patrullar el Danubio, el principal río de la república alpina.
Las dos últimas patrulleras, la "Niederosterreich" y la "Oberst Brecht", fueron entregadas al Museo de Historia Militar de Viena, que tiene una planta dedicada a los 200 años de la Armada de Guerra Austriaca.
El acto tuvo lugar en la Reichsbr cke, el puente más conocido sobre el Danubio a su paso por Viena y donde permanecerán de momento las naves como atracción turística.
El "Oberst Brecht" con una dotación de cinco personas, blindaje y una ametralladora de gran calibre se botó en 1956, mientras que el "Niederoesterreich" empezó su servicio en 1970, su tripulación es de nueve personas, mide 30 metros, desplaza 70 toneladas y monta un pequeño cañón.
La función de ambas embarcaciones hasta agosto era patrullar el Danubio, el segundo mayor río de Europa, en el que existe abundante transporte fluvial de mercancías.
Con anterioridad con estas patrullas se controlaba el acceso a través del Danubio de embarcaciones procedentes del entonces bloque comunista.