A pesar de que no fue santo de nuestra devoción, no puedo dudar que fue quizás nuestro político que gozó por un motivo o por otro de gran rechazo, pero también de una enorme popularidad. Con recordar que en tres ocasiones ocupó el solio presidencial y que en esos tiempos, por un motivo u otro, sus períodos no los pudo terminar, ya podemos vislumbrar lo complejo que resulta desenmarañar su andadura vital, y más cuando uno no es muy experto en política para poder opinar.
Nuestro personaje vino al mundo en Penonomé (así lo dice el licenciado Carmelo Lombardo Conte, y no como afirman otros en los campos de esa provincia).
Fueron sus padres Antonio Arias y Carmen Madrid de Arias. Sus estudios los inició en su ciudad natal, mas los profesionales y especializados en Estados Unidos (Harvard) y en Europa (Francia y Alemania, de manera especial).
Sin embargo, la política y el profesorado le llamaron mucho más la atención.
El 2 de enero de 1951 tuvo lugar el movimiento apellidado Acción Comunal, dirigido hasta cierto punto por él. Fue Ministro de Salud, de Agricultura y de Obras Públicas. Fue representante diplomático de varios países.
Ha sido ideólogo del panameñismo, que también gozó de gran aceptación y popularidad.
Durante 10 años vivió en Miami, desde donde regresó el 10 de junio de 1978, siendo aquí recibido por una muchedumbre cuyo volumen aún es motivo de admiración.
Recordemos también el atentado del que fue víctima, causado por una herida de bala que sufrió estando en el Consejo Municipal de Colón en plan de visita. Aquello pudo ser mortal.
Veamos ahora las obras y fundaciones que él fomentó y propició.
FUENTES
Textos: Harry Castro Stanziola Fotografías: LA PRENSA/archivo Comentarios: vivir+@prensa.com