Mi papá decía que no sabía cuál era la diferencia entre un ratón y un chihuahua, y no se hubiera equivocado mucho, porque cualquiera les da Racumín por equivocación.
Pero a diferencia de la rata prófuga y oportunista, el chihuahua esconde, dentro de ese cuerpecito minúsculo, un corazón de león.
Corajudo —tanto berraco como bellaco, digamos— tiene una personalidad sorprendente, y el puro instinto de supervivencia lo ha hecho veloz como la brisa, ya que si no se espabila, cualquiera lo pisa. Son muy voluntariosos y leales, y pueden celar a sus dueños y desconfiar tremendamente de los extraños.
Salto a la fama
Aunque los medios estadounidenses los hayan hecho famosos —primero en los anuncios de Taco Bell, luego como compañerito de Reese Whitherspoon en Legally Blonde y finalmente en brazos de Paris Hilton— como su nombre lo indica, estos pequeños gigantes reciben su nombre del estado de Chihuahua, México, aunque algunos aseguran que fueron introducidos a América por los chinos.
Otros creen que era un animal sagrado para las naciones precolombinas de México (toltecas y aztecas) y aseveran que el can aparece en muchas de las tallas y huacas del México precolombino.
A pesar de su tamaño, aprende muy rápido y se puede adiestrar. No obstante, es peleón (chiquito pero picante, dicen) y no se lleva muy bien con otros perros, a menos que desde pequeño se le enseñe a socializar.
Le es más fácil socializar con su propia raza, pero con otros perros tiene problemas, especialmente si son machos.
También tiende a celar mucho a sus amos y como es chiquito, los niños pequeños tienden a pensar que es juguete y pueden ser rudos con el animalito, que no dudará en defenderse.
A pesar de su tamañín, es un excelente guardián, ya que ladra vigorosamente al ver extraños o anomalías, ya que es muy suspicaz.
Es muy longevo (hasta 15 años) y buen perro para quienes viven en apartamento, ya que con ese tamaño, el camino de la habitación a la cocina equivale a correrse el Causeway entero. Y, por supuesto, es portátil.
De cachorros, son propensos a las fracturas óseas y en algunos casos, la mollera o fontanela les puede quedar abierta de por vida.

