Caricaturas de toda una vida

El hecho de que 89% de las personas que participaron en un sondeo de prensa.com admitiera que de niños y jóvenes veían caricaturas por televisión no sorprende tanto.

Sin embargo, el dato se torna interesante cuando se puntualizan las más recordadas. La mayoría coincide en nombrar ciertos programas. Los “ganadores” son: Los Picapiedras, Mazinger Z, Tom y Jerry, Looney Toons, Scooby Doo, Astroboy, Dragon Ball Z, Candy y Heidi.

Curiosamente, todas estas series están sindicadas -su licencia de retransmisión se mantiene en venta- al día de hoy. Es decir que siguen siendo atractivas, y que las nuevas generaciones aún encuentran algo valioso en los mismos personajes que sus abuelos disfrutaron.

James Wright, ya en su cuarta década de vida, comenta que la caricatura de su infancia que más recuerda es la del niño robot Astroboy. “La caricatura ya era vieja cuando yo era niño”.

“La única que podría decir que es propiamente de mi época es Los Picapiedras, que era lo que hoy es Los Simpsons para la generación actual”, explica Wright.

Al preguntarle cuál sería la más trascendental de las que recuerda, contesta sin pensar que “las de Hannah-Barbera, como el Oso Yogi, Los Supersónicos y Scooby-Doo. No es por nada que al día de hoy se siguen pasando por televisión”.

El cinéfilo César Sanjur tiene recuerdos distintos. Recalca que nunca le llamaron la atención las caricaturas “más comerciales”. Le atraían más los cortos que solían pasar en los teatros como preámbulo a la presentación de la película principal.

“Se me viene a la mente una que involucraba un cazador africano y un cuervo. El cazador trataba por todos los medios de atrapar al cuervo, pero éste siempre salía ileso. Esta situación se volvió típica con el pasar del tiempo con productos más populares como El Coyote y el Correcaminos y Tom y Jerry, pero en ese entonces era algo novedoso”.

Sanjur explica que “el corto mandaba un mensaje de calma y perseverancia en tiempos adversos, pues eso daba la victoria. Las caricaturas subsecuentes transformaron esta situación en una fórmula y le quitaron la gracia”.