El histórico palacio de Linares, sede central de la Casa de América y ubicado en la Plaza de Cibeles, dejará de ser un edificio con acceso vedado a la mayoría a partir del 17 de junio, cuando abra sus puertas al público.
Tras alimentar leyendas populares como las supuestas apariciones de fantasmas en su interior y psicofonías, este edificio de estilo afrancesado, que se construyó en 1884, mantenía casi reservadas sus más suntuosas salas, que se abrían únicamente para celebraciones de cumbres y citas de mandatarios de excepción.
Construido como residencia de los marqueses de Linares, el edificio fue ocupado sucesivamente por varias compañías, desde el fallecimiento de María Villapadierna, la última heredera que lo habitó, hasta convertirse en sede central de la Casa de América, en 1992.
Quince años, después el palacio se hace accesible para exhibir "su valioso patrimonio histórico y artístico de Madrid", dijo ayer al presentarlo la directora de Patrimonio de la Casa de América, Laura Demaría Rodríguez.

