Coqui Calderón decide hacer un alto en su carrera artística. Reunió muestras de todas las obras que ha pintado a lo largo de su vida para analizarlas y descubrir qué han representado para ella.
Obras realizadas desde la década de 1960, cuando tenía 20 años y se rebeló contra su familia que quería casarla, como era la costumbre, hasta ahora, que la defensa por la madre tierra se ha convertido en su obsesión.
Cuenta la artista que clasificó sus trabajos en cinco períodos: La sinética, que representa su juventud y su lucha contra la corriente de una sociedad regida por ideas retrógradas. La del hombre y la naturaleza, que muestra una época de su vida en donde todo estaba en calma y en control.
La guerra, en donde interpreta la crisis que vivió Panamá para el año 1987 y su participación en las manifestaciones de la Cruzada Civilista.
La época mágica, donde pinta sus ideales y canaliza el dolor que le produce la muerte de su hija Mary Christine. Y la última: los manglares, tema con el que busca crear conciencia en la población sobre la salvación de la naturaleza.
Al tener todas estas obras frente a sus ojos, Coqui pudo ver que de alguna manera ellas han servido para protegerla emocionalmente de cualquier dolor que le trajera la vida o de algún sentimiento de impotencia que experimentara. Ahora, no tiene dudas de que sus obras están impregnadas de algo de su filosofía, sus creencias, ideas y sensaciones. Emociones que siempre le ha sido difícil expresar verbalmente, pero a través de sus lienzos logra captarlas y ordenarlas.
La artista busca compartir esta experiencia con el público y, principalmente, con los estudiantes de arte, que en el futuro representarán al país. Por ello, seleccionó 25 trabajos que representan cada uno de los períodos de su vida y los llevó a la galería de arte La Casona de la Plaza Herrera, donde estarán exhibiéndose del 26 al 28 de julio.
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