Carmen Villaverde tiene varios años vinculada a las labores periodísticas y de comunicación. De pronto, le surgió una oportunidad para recibir un curso de matemáticas para periodistas que se dictaría desde Texas, Estados Unidos.
Villaverde no tuvo que viajar para participar en esta capacitación; bastó con invertir dos horas diarias frente a una computadora por dos meses desde la comodidad de su casa.
De la experiencia, le gustó que podía organizar su tiempo para dedicarse al curso, pero no le agradó que el foro se saturaba de comentarios sin sentido. “Muchas preguntas no eran contestadas, quizás por la cantidad de comentarios”, explica.
Luego de un tiempo, Villaverde recibió por correo postal su certificación.
Otro caso es el de la consultora de comunicación Stephanie Lombardo, quien optó por un curso de introducción a la responsabilidad social corporativa, impartido desde la Universidad de Barcelona, en España.
Sus responsabilidades se dividían entre leer módulos y preparar trabajos escritos, pero desde su hogar (unas 10 horas a la semana), y sin necesidad de viajar a España.
El hecho de tener contacto con los profesores a través de chats grupales, foros y correo electrónico, también son herramientas que facilitan el conocimiento; “es casi como estar cara a cara”, indica la profesional.