La mala alimentación y el alarmante crecimiento de la obesidad en el mundo occidental se debe en buena parte a un error científico que fue además un factor determinante en el diseño equivocado de la pirámide de los alimentos en EU.
Esta es la tesis que defiende el investigador y nutricionista español Jaime Brugos en un libro que será presentado este mes en España, en el que afirma que se ha clasificado, de forma equivocada, a los carbohidratos como nutrientes comparables a las proteínas y las grasas.
El problema parte de una errónea interpretación del ciclo de Krebs, elaborado por el científico alemán Hans Adolf Krebs y que le valió en 1953 el premio Nobel de Fisiología y Medicina, según Brugos.
“Es un error histórico muy grave ya que, desde hace mucho tiempo, debimos haber enseñado a la población que hay dos nutrientes esenciales que son proteínas y grasas [componentes químicos de todas nuestras células], mientras que hemos de diferenciar y contabilizar aparte a los carbohidratos que solo pueden ser considerados como combustibles que aportan una energía que, si no se utiliza, se convertirá en grasa”, declaró el investigador Burgos a los medios locales.
